lunes, 30 de abril de 2012

Dios y la Real Academia

He detectado un cambio importante entre las ediciones 21ª y 22ª del Dicionario de la Real Academia y que creo que deba salir a la luz porque creo que hay cierta villanía, nada casual en la enmienda y degeneración de la palabra.

Desde sus orígenes hasta 1990 Dios era el hacedor del universo. En este tiempo lo que expresan los europero con la palabra "Dios" ha cambiado muy poco, aunque sí el significado de "Universo".

Para la Real Academia de 1732 [1] Dios una palabra que no podía escribirse como cualquier otra, de hecho aumentan la tipografía y con máximo respeto escriben:

DIOS s.m. Nombre sagrado del primer y supremo Ente necesario, eterno, e infinito, cuyo Ser como no se puede comprehender no se puede definir, y solo se puede sacar de sus Sagrados Oráculos, que es el que es principio  y fin de todas las cosas: que crió el Universo por su Poder, que le conserva por su Bondad, que le rige por su Providencia, que todo pende de su voluntad y procede de su magnificencia absoluta. Derívase ésta voz de la palabra latina Deus

En esta definición de 1732 puede observarse un gusto escolástico y aristotélico inconfundible, de hecho podemos encontrar algunas de las vías. [2]

Hay una tradición: una comunidad de hablantes vienen hablando de Dios desde Grecia, Roma, la Europa cristiana medieval, la edad moderna, la postmodernidad. Tanto es así que hay gente atea, es decir que niegan, sabiendo bien lo que niegan, el 99% de los que hablamos español entendemos a Dios como hacedor del Universo, etc. pero....
  
Pero la academia, la que dirige Blecua, se olvida de la historia: de la filosofía, de la teología, de la literatura, de la vida en común y bajo el ambaro de Dios que hemos tenido los europeos y -sobre todo- del uso común del término y se mete a relativizarlo tanto que suena ridículo el intento, queriendo que signifique lo que no significa. Ahora "Dios" significa para unos.... una cosa (¿y para otros no significa nada?).

Eso me suena demasiado a Aldux Huxley, a Un mundo feliz de Huxley...
  
Dios es para la Real Academia Epañola actual:

Ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo.

1. ....Dios es para las religiones monoteístas  

Blecua es, para el Gobierno el director de la Real Academia... hombre, sí, y para todo el mundo. Pues lo mismo.

Aristóteles no pertenecía a las religiones monoteístas y habla de Dios. Si preguntamos a un budista qué es Dios te contesta lo mismo, y no pertenecen a ninguna religión monoteísta ¿y qué pasa con el adjetivo? ¿oponemos a monoteísta politeísta? ¿Ponemos al mismo nivel la religión cristiana occidental que recoge y sabe fundir y combinar en un mismo sistema las culturas griegas, egipcias, judías y romanas  y las trabaja con rigor durante dos mil años que los pueblos politeístas africanos? ¿Hemos entrado en el mantra mason de que todas las religiones son iguales y que es lo mismo creer en el Ratoncito Pérez que en Dios?

2. Y ese "es considerado". Vamos a ver. ¿qué no es considerado? Un diccionario lo único que dice es lo que es considerado, así que el redundante "es considerado" sólo puede entenderse como un lavado de manos ante la prosible acusadición de creencia.

Blecua que es considerado por algunos director de la Real Academia... Sí, y por otros también ¿verdad? Puede usted no estar de acuerdo, pero Dios es Dios y Blecua es el Director

Sólo puedo entender esta metedura de pata tan grande de nuestros académicos por haber creído dar un guiño insignificante al ateísmo protestante (el que protesta por cualquier manifestación pública de religión) e intolerante, que habrá removido Roma con Santiago para lograr relativizar el término
 
Eso está claro porque no podemos pensar que los académicos deban favores a los políticos. Eso no.






[1] Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua [...]. Compuesto por la Real Academia Española. Tomo tercero. Que contiene las letras D.E.F. Madrid . Imprenta de la Real Academia Española por la viuda de Francisco del Hierro. 1732.

[2] Lo que sí es discutible es la relación causal siguiente: "cuyo ser como no se puede comprender no se puede definir".
Es del todo falso que los seres que no podemos comprender no los podamos definir. No comprendemos la relatividad (al menos yo no) y podemos definirla como la teoría de Einstein, o como "Teoría que se propone averiguar cómo se transforman las leyes físicas cuando se cambia de sistema de referencia". Si realmente no pudiésemos definir lo que no podemos comprender ¿qué pasa con los términos amor, adolescente, mujer, mente, alma, etc.?

jueves, 26 de abril de 2012

Hoja de reclamaciones

Cuando un cliente presenta la hoja de reclamaciones es un fracaso de las Relaciones Públicas. Un error de la empresa. Antes de las redes sociales las hojas de reclamaciones se pierdían en el tiempo, sin saber dónde iban a parar. Pero aquí hay una muestra de cómo contestar...


miércoles, 25 de abril de 2012

#Censura en red


Hay una tendencia peligrosa hacia la censura en las redes sociales que hay que controlar, si no queremos que las redes se conviertan en una dictadura de facto.

En Twitter los usuarios juegan todos los días con algunas palabras #cosasquesiemprequisedecir, #mimejorrecuerdo... cada uno escribe lo que quiere, ingenioso, obsceno, político... cada loco con su tema.

Pero viene siendo habitual que el TT (el tema del momento) tenga que ver con algún personaje público. Entonces el juego comunitario consiste en ser muy ofensivo a la vez que irónico, ofensivo y gracioso u ofensivo a secas. Si sólo es eso, un juego de insultos debería quedar ahí... pero no... aquí sólo pueden insultar unos, y otros no. Si lo hacen....


Pero a veces, sólo a veces, el TT consiste en hacer daño a alguna persona por unas palabras prohibidas, unas "declaraciones", o para "destapar" alguna conducta que los tuitteros españoles han decidido que debe ser perseguida. Aquí el juego cambia. Ya no es comunitario, ni es un juego, ahora el supuesto juego consiste en tomarse la justicia por su mano. Un grupo organizado de twitteros deciden lo que se puede decir en público o en privado. Exigir rectificación, dimisión o destitución, entramos en terrenos antilibertad que a mi me dan mucho asco.

Pongamos por caso a Pedro Duarte, un buen directivo del deporte  (conste que no tengo el gusto de conocerlo) que hace un uso privado de su Twitter y escribe a sus amigos ironías, cosas personales. También participa en el juego de la huelga general: con el TT a favor y en contra y cosas que no tienen ningún sentido fuera del contexto privado en el que fueron escritas. 

Claro, que se me puede objetar que la red es un espacio público también. Digamos que es público para aquellos que tienen una vida pública (en el caso del Real Madrid los jugadores y técnicos) y privada para quienes no son figuras públicas. Es el uso el que marca lo privado y lo público, Una cosa es que sea accesible, otra que sea pública. 


El primero que apuntó con el dedo en su blog a este señor fue un estudiante cordobés, de Cabra (¿cual es el gentilicio de los de Cabra?), para más datos. Pero el que de verdad tiene delito fue el periodista que publicó esa "noticia" de los supuestos twitts "ofensivos".
Este periodismo del falso escándalo y de las declaraciones que ofenden a "colectivos" es de lo más amarillo que puede uno comprender: "¿Y usted cree que x debe dimitir por las declaraciones que hizo? ¿o cree que con otras declaraciones vale?"... Y a todos los que twittearon, incluídas la UGT y las CCOO, con toda la mala leche del mundo para hacer daño a este señor.

No es de justicia, porque en democracia cada uno dice lo que le apetece en privado, y en público otro tanto.

Pedro Duarte no debería haber presentado ninguna dimisión, porque su trabajo, que yo sepa, lo hace bien y en sus ratos libres puede soñar con fusilar uno a uno a los sindicalistas y comentarlo con sus amigos.


jueves, 19 de abril de 2012

Dis-culpas

Las palabras tienen un cierto sabor mágico, como si pudiesen modificar la realidad por sí solas. Pero todos sabemos que las palabras no modifican nada, dejan la realidad como está.

Sólo en un contexto el poder de la palabra es real: en el contexto de la unidad del espíritu, cuando toda una comunidad se expresa y constata un cambio en la realidad. Es la voluntad popular la única voluntad con capacidad de modificar la realidad, de hecho lo intersubjetivo es lo que se considera científico ¿verdad? Pues cuando todos a la vez decimos que es culpable, lo es.

Este poder mágico de las palabras se muestra en los ritos nuestras instituciones: en la justicia, en la religión o en la universidad sí tienen sentido las palabras con su poder modificador: "yo os declaro marido y mujer", "queda inaugurado el curso académico", "le declaramos culpable" son palabras que cambian el curso de los acontecimientos, que modifican la realidad porque aunque las diga toda la comunidad, por boca de su representante, vienen de Dios.

Pero la palabra del sujeto particular no tiene esa fuerza de modificar la realidad, a no ser que se diga en este contexto particular (un sí quiero) y pretender que así sea es uno de los grandes errores modernos que trajo al mundo un enano apellidado Wittgenstein, que pensaba que la verdad es lo que se dice, lo que se expresa; todo lo que puede ser expresado es real, etc. De hecho esa pesadez de los psicólogos por expresar los pensamientos es propia de esta desviación; también con raíz freudiana ("expresa lo inexpresable y quedarás limpio") y de Schopenhauer/Nietzsche (primacía de la voluntad, etc.) que viene a decir que hablando se solucionan los problemas del mundo, pues no: hablando los problemas quedan igual que antes, lo único que hacemos al expresarnos es hacer consciente una preocupación o un problema, pero el problema sigue ahí. Para cambiar hay que actuar, del hacer se sigue el ser, no e la palabrería.

Pero también puede entenderse a la palabra pronunciada como modificadora del espíritu. Y aquí sí tienen algo más razón. En esta línea va Viktor Frankl y su logoterapia, y la Programación neurolingüística (PNL) y la vulgarización de la misma. Es posible que las palabras cambien los pensamientos, que afecten al espíritu y que, por lo tanto, a base de mucho repetirlas generen ideas nuevas, y éstas obras: "Hay que decir muchas veces 'te quiero'", dicen los terapeutas de pareja, "hay que pedir perdón", decimos a los niños y a los etarras... De hecho hace unos días hablaba en este mismo sitio del interés enfermizo de periodistas y políticos porque los círculos etarras pidiesen perdón, como si el pedir perdón resucitase a los muertos y lograse la paz por sí solo.

Pero en todo caso solo afecta al espíritu cuando se programa, cuando se dice constantemente, como un mantra, no cuando se dice una sola vez. De hecho la fina línea de la hipocresía viene por ahí, por expresar palabras en las que no se cree para obtener un beneficio real.

Por eso hay que pedir disculpas realmente. Pese a su etimología pedir dis-culpas no diluye de por sí la culpa, porque para que no haya culpa debe ser perdonado, es decir, debe gratuitamente alguien dar algo ¿y quién puede de por sí eximir de culpas? Es decir, librar de algo a alguien, liberarlo…. Está claro que nadie puede eximir la culpa de otro. Aunque sí perdonar en lo que se nos ha ofendido. De hecho una de las cosas que más escandalizaban a los judíos de Jesús era precisamente su costumbre de perdonar pecados, porque sólo puede eximir de culpas Dios.

Los hombres no podemos perdonar colectivamente ni quitar la culpa. Si así fuese los jueces antes de dictar sentencia tendrían que esperar a ver si el delincuente pide perdón y si es así diría algo como "vete en paz" y se acabó. Y no es así, una cosa es el perdón y otra la pena o la reparación.

Y todo esto lo digo porque al aparecer un ancianito recién operado -pero vestido de rey- y pedir disculpas al pueblo parece que es de mala persona no aceptarlas, como parte del pueblo, y olvidar. Pero ¿a quién tiene que pedir disculpas? ¿a mi? ¿al elefante? ¿a su mujer? ¿a sus antepasados Borbones?

La clave está en la pregunta que lanzó, en forma de twit el máximo responsable del Tea Party Dylaniano en España cuando se pregunta que por qué pide disculpas: ¿Por irse a Botsuana ? ¿Por matar elefantes? ¿Por romperse la cadera? ¿Por no estar en Argentina luchando por YPF? ¿Por ponerle los cuernos a su señora esposa ante la mirada atónita de todo el planeta? ¿Por no abdicar?

lunes, 16 de abril de 2012

¿Qué es peor la caza o el adulterio?



No comparto el falso escándalo de políticos y periodistas politizados ante la cacería del rey en Botsuana. ¿Qué está tan mal? ¿Cazar? ¿Hacerlo tal lejos? ¿Tan caro? ¿en tiempos de crisis? ¿Un poco de todo?

Yo creo que irse de caza, por ejemplo, el Ministro de Justicia con un juez de la Audiencia Nacional el fin de semana antes de procesar a importantes miembros del partido opositor está mal. No por la caza, sino por la prevaricación evidente.[Recuerde]

Gastar el dinero público en cosas innecesarias, como han hecho TODOS nuestros políticos, está mal. Gastarse el dinero que has ganado en lo que te venga en gana está bien.

Detrás está la crítica republicana que entiende que el Rey debería no existir y si existe hacer como si no existiese, es decir, nada, nada de nada, estar encerrado en su palacio como en una prisión.

Pero los que critican lo hacen por hipocresía más que por republicanismo: ¿Cuántos de los que se rasgan las vestiduras han dejado de vacacionar esta Semana Santa? ¿Cuántos han dado a la caridad lo que costaba aquella mariscada?

Pero lo más grave es que le han cogido con una amante. El adulterio, que es lo único reprobable de la conducta del monarca, a nadie parece escandalizar.

Porque el adulterio supone tomar la mentira como forma de vida y, es evidente que si miente en su vida privada... ¿cómo se va a comportar de manera adecuada en los negocios o en la política?

En Botsuana o en Palma una mentira es una mentira. Y una mentira es indigna. Y aquí todos a criticar el gasto.

viernes, 13 de abril de 2012

Yo quiero más recortes


En la Parábola de los talentos (Mateo 25:14-30) se plantean tres formas de actuar con el dinero que administras. Las dos primeras posibilidades son similares: invertir y sacar beneficio. No es que haya que ser un capitalista redomado para afirmar que lo que hay que hacer con cualquier cosa es que crezca, que dé fruto. Los dos primeros hiciero bien.

Pero el tercero de los siervos lo enterró y se lo devolvió al amo "intacto"...  Cosa que en esa mente que quiere que todo mejore y dé fruto no es aceptable, al menos se debe dejar en un banco para sacar un poco de interés.

Ni en la mente de Dios estaba la posibilidad de que los tres siervos se dediquen a gastar primero lo que tienen y luego lo que no tienen, a prestarse, ayudarse, tapar sus pérdidas, a pedir refinanciaciones, a comprar terrenos hipotecando los que tenñian, etc.

No cabe la posibilidad de que los siervos gasten su dinero y tres veces más, y encima al volver el señor le pidan más dinero, porque si no, afirman, te denunciarán... y tendrás que pagar más.

A los políticos les confiamos nuestro dinero, nuestras pensiones y nuestra Seguridad Social y se montaron una serie de organizaciopnes, ideas, bancas, préstamos, deuda, etc. que les permitió gastar y gastar... 

Y cuando se destapa el pastel, los mismos que lo han robado nos piden recortes.

Pues bien, que se recorte.

  • En políticos: que sean embargados todos los bienes de todos los implicados en administraciones deficitarias, desde el primer ayuntamiento, el de Madrid, hasta el último
  • En los ministerios. Cierre y subasta de los bienes de Cultura, Educación y Presidencia
  • En los medios de comunicación públicos: venta directa de todos los medios de difusión públicos distintos al BOE y a las páginas web de los ministerios
  • En la Publicidad: prohibida tajantemente toda publicidad institucional, desde las campañas de concienciación hasta las de información y autobombo. Si el ciudadano no va a la información es que no le interesa.
  • En los sindicatos, patronales, fundaciones, asociaciones, entidades semipúblicas, consejos de la juventud, ateneos, entidades deportivas, etc.
  • En la formación no obligatoria, desde la Universidad hasta los cursos a funcionarios, a trabajadores, a parados, a jubilados, etc.
  • En los partidos políticos y las campañas electorales. Pero no un 10% sino un 100%. Quien quiera partidos, que los pague
En definitiva, recórtese por la línea de puntos primero.
Luego déjese de comer el tarro al ciudadano con su dinero.
Y finalice el asunto eliminando los centros de reunión de vagos y ladillas sociales.

Y que nadie confunda el Estado de bienestar, con las maniobras de ingeniería social e ideológica que hemos venido sufriendo.




lunes, 2 de abril de 2012

La antropología no sirve para nada (1)


La antropología no sirve para nada, ya lo decía Aristóteles de la Metafísica y, en general, se puede predicar esto de toda filosofía pura. Y eso -que escandaliza a los idiotas- es lo grande, lo interesante y la razón por la que debe mantenerse en los planes de estudio universitarios.

La Universidad tiene una función de formación del espíritu en cosas que no sirven para nada, es verdad que también debe formar en cosas prácticas, pero si se conviete sólo en eso pierde su esencia y deja de ser Universidad para ser una academia-de-piso grande, pero sin trascendencia, sin pasado y sin futuro. Buen negocio quizá. Peo estéril.

El espíritu no es como el trastero, si metemos cosas muy grandes siempre queda espacio para las demás. El espíritu se ensancha cuando se alimenta de cosas grandes y sólo entonces caben las pequeñas, y tiene sentido conservarlas.

Dicho de otro modo: si cerramos la posibilidad de gustar de lo elevado a nuestros alumnos universitarios, con la intención de dejarles espacio para las pequeñas y prácticas materias, con el tiempo ni comprenderán unas ni las otras.

Lo grande, lo que no sirve para nada, es lo que de verdad hace vivir al hombre. La Universidad no tiene sentido si no sirve para abrir las mentes. Es cierto que maestros y discípulos se han procupado -a lo largo de la historia- de estadísticas, químicas  y economías, pero como algo accesorio, para ganarse la vida... pero todo universitario sabe que esto de "ganarse la vida" es un eufemismo, porque la vida está perdida si se dedica uno sólo a ganársela.

Sólo los burros piensan que la vida consiste en tirar del carro. Sí, quizá haya que tirar, pero es más importante saber qué llevamos, a dónde, de dónde hemos salido, cómo es el camino, cómo será más tarde, qué animales vamos a encontrar, qué paisajes, etc.


Sea como sea, la amistad, el amor, el arte, la verdad... no sirven para nada y de ahí la importancia para la formación de las personas que no están al servicio del dinero, es decir, de las personas libres, que conocen y quieren conocer para comprobar si merece la pena tirar de este carro.