martes, 28 de abril de 2015

Las buenas palabras

Los lirios del campo, improductivos

En esto de la dirección de personas y empresas hay una corriente oriental en esencia -y anglosajona en la forma- que pretende que cambiando el nombre a las cosas, traduciendo muchos al inglés y otros simplemente en mal español, cambiará la realidad y logrará el éxito en la vida. Internet se llena de "memes" con memeces (perdónese la facilidad del chiste) y las conferencias para supuestos directivos de PowerPoint llenos de frases vacías. 

No vamos a entrar en ejemplos (en una entrada posterior los analizaré, que tengo muchos). Pongan palabras que terminan en -ing e intente traducirlas. Verá como en el fondo no es más que lo de siempre con otro nombre, porque a las cosas les importa poco cómo las llamemos. Quizá el poder de las palabras pueda horadar la mente de las personas, cambiar su actitud y todo eso. Viktor Frankl demostró que realmente hay cambios, pero esos cambios son sobre lo proyectado, no sobre lo que existe ahora o lo que fue. El intento de cambio usando solo palabras, de la realidad o del pasado es propio de psicópatas. Lo sano es proyectar con palabras adecuadas, para cambiar actitudes futuras, pero hay que cambiar primero el presente.

Quizá sea una explicación a muchos fracasos... querer llegar de golpe y cambiarlo todo sin tener en cuenta lo más importante: la realidad, las personas.

Las cosas no cambian, y la comunicación con las personas tampoco, es la misma hoy y siempre, a pesar de las tecnologías de la información, a pesar de los medios para comunicarse en todo el mundo. Pueden cambiar los procesos, los medios o los códigos, pero los humanos somos iguales, aspiramos a lo mismo aquí y en el cuerno de África, queremos que no nos mientan, que confíen en nosotros, que no guarden cartas en la manga y que vayan de frente, sin tapujos. Hoy y en el siglo XII; buscamos las mismas cosas que hace cien años, tenemos los mismos anhelos y las mismas preocupaciones. No hace falta que venga ningún gurú a dar nombres extranjeros a la traición a los propios valores, al engaño o la cobardía.

Dirigir personas es fácil: consiste simplemente en ponerse en el lugar del otro e imaginar qué es lo que querrías si estuvieses en su puesto. Consiste también en preguntar, hablar con la gente, tener buena disposición y generar la confianza necesaria para trabajar. Es fácil. Hay que hacer más cambios que declaraciones. Dirigir personas no es estar al día en la nueva técnica virtualizada, solo hace falta que te preocupe de verdad el bienestar de las personas a las que diriges y no el resultado económico o la productividad. 

No es que no importe el resultado económico, sí importa, sobre todo a los financieros, pero el orden de importancia es menor que el bienestar, porque sin éste no hay beneficio, o si lo hay es a corto plazo, generando la ruina de todos en poco tiempo. El buen ambiente, el rendimiento económico (si el producto / servicio es adecuado) y la productividad vendrán por sí solas (Mt, 6.34, Lc. 12.31). 




miércoles, 22 de abril de 2015

Brotes verdes psicopatológicos

El protagonista


Nos conmociona que en cualquier momento nuestra tranquilidad y falsa seguridad que nos brinda papá Estado pueda ser rota de golpe por un loco o un terrorista. Eso nos conmueve y nos lleva a consumir telediarios y noticias de Internet, algunos compulsivamente, hasta que dan con una explicación lógica y podemos exclamar: "era mahometano", "iba a dejar de volar", "le desahuciaban", "veía videojuegos"... cualquier cosa será válida (siempre y cuando sea políticamente correcta, claro, y no asocie la orientación sexual, nacionalidad, raza, por ejemplo, del asesino, con la matanza). Y entonces, ya tranquilos, la noticia pasa a un segundo plano y podemos seguir viviendo.

Hay ya un género de cine americano que va de eso: de una familia feliz de contribuyentes americanos que convierten sus vacaciones en un infierno al ser atacados por uno o varios locos que aparentan inicialmente ser una buenas personas.  El resto es sencillo: un camping, las montañas de Alaska, un bosque o el mar. Cualquier sitio donde la civilización no llegue inmediatamente. En este género, como en el televisivo, el loco siempre tiene un motivo (quizá Funny Games sea una excepción). Sangre y muertos por una causa del pasado, una mala acción, un descuido que "hundió" la vida del que se vuelve loco. Al fin y al cabo, el final de la película es encontrar una lógica a la barbarie.

Claro que hay excepciones: si el agresor es un hombre y la víctima una mujer, entonces resulta que es un criminal producido por no sé qué historia ancestral que lleva a los hombres a ser machistas y por tanto asesinos en potencia; entonces no importa nada de la vida del criminal, nadie quiere saber si ha sido un brote psicótico o si fue abandonado de pequeño. Si es un piloto alemán, entonces es que trabajaba mucho y tenía el síndrome del burn off. Pero si es el chaval no ha cumplido los 16 entonces no, entonces la culpa es de todos (profesores, compañeros...) menos del chico y los padres. 

A nadie le gusta hablar de responsabilidad del alumno. Los periodistas están tan judicializados que no entienden la diferencia entre responsabilidad penal y moral. Un joven de 13 años es capaz de distinguir el bien del mal y por ello responsable moral. Y el culpable es él (y sus circunstancias). Otra cosa es que la causa de su incapacidad moral la coloquemos en la sociedad, en los profesores, en los compañeros o en los padres (en orden inverso), pero el chico que no tiene ningún problema más que su propia estupidez y su vida anodina, es responsable de sí mismo, para lo bueno y lo malo. Si en vez de un "brote psicótico" tuviese un alarde de heroísmo y se jugase la vida por rescatar a un gatito en apuros, todos lo aplaudiríamos y nadie diría que no tiene ningún valor, porque es menor.

Esto de las responsabilidades no caen de golpe con los 16 años, está claro que es un proceso de maduración lento, que ya está bastante avanzado a los 13 años. A esa edad muchos jóvenes deciden qué estudiar o a qué se van a dedicar. Otros están descubriendo su sexualidad y matando marcianitos. 

En segundo lugar son responsables los padres que no supieron educar correctamente. Porque evidentemente hay negligencia en la educación del chico, esto no le pasa a cualquiera, por mucho que se diga. Es un asunto muy grave abandonar a los niños y dejar que los cuide y eduque La Tele. (Sí, ya sé que la vida moderna es eso, que hay que trabajar, bla, bla, bla. La mayoría de los padres pasan olímpicamente de sus hijos cuando toman decisiones como divorciarse o liarse de nuevo, o salir de cenitas un día sí y otro también y sobre todo, cuando están en casa, idiotizados por La Tele, no les hacen ni caso).

En tercer lugar los profesores (no el muerto, que el pobre era un interino que acababa de llegar) me refiero a los profesores que le despreciaron y no le atendieron lo suficiente porque con los recortes habían quitado al de prácticas, o los que no les importaba para nada el chico en cuestión. Esos de la camiseta verde que solo quieren más dinero y menos trabajo porque han perdido la vocación. 

En cuarto lugar sus compañeros, porque algo tienen que decir el abandono o el trato humano y de amistad creativa que se debe tener a esos años.

En quinto lugar está la sociedad, los políticos que pagan a los que diseñan esa cantidad de basura que los niños compran o ven en La Tele con los euros de los papis y bajo la mirada cómplice de los profesores.

En definitiva, otra vez más una muestra de un fracaso social: no pasó nada del otro mundo ni ocurrió algo extraño, lo que hizo este chico fue lo normal. Cuando se cierran las puertas a lo grande entran por la ventana las quimeras. Ocurren estas cosas porque a gran parte de la juventud se le esconde la verdad y se les dice que todo es relativo, que lo importante es estar a gusto con uno mismo. Cuando se les dice que la vida humana es limitada y que no tiene más valor que la de los gibones...

Es cierto que fue un brote psicótico, fue un brote verde, en forma psicótica, de una sociedad corrupta donde los perversores de la juventud están al mando de las instituciones que deberían protegerlos.



El artículo de ABC, firmado por J. Guil, es de lo más divertido: arsenal de escopetas de juguete, dos libros que son "pruebas", por ejemplo, Manual de supervivencia Zoombie ¿?

lunes, 20 de abril de 2015

Las mezquindades de la política


El padre Ángel Ayala avisó de los peligros que podían acechar a la Asociación que él mismo había fundado junto con Ángel Herrera.

Estos peligros valen para cualquier empresa espiritual y son de plena actualidad en cualquier ámbito; la solución pasa por volver a la idea que la puso en marcha. 

El Peligro: 

 “...se pueden despertar dentro de la Asociación pasiones que pueden hacer que el espíritu sobrenatural que debe reinar dentro de la Asociación vaya decayendo, y "en el momento en que vosotros os dejéis llevar de las pasiones y de las mezquindades que lleva consigo la política", desde ese momento estáis perdidos."

Y la solución: 

"Por eso no hay más remedio a cada paso que renovar el espíritu, teniendo en cuenta que el espíritu sobrenatural ha de manifestarse en intenciones sobrenaturales;  de manera que debéis trabajar por la gloria de Dios y nada más

Boletín de la ACdP nº 555, de enero del año 55
02/12/34, en la conmemoración del 25 aniversario de la fundación de la ACNdP


domingo, 19 de abril de 2015

Vótame

Los habituales de Internet sufrimos silenciosamente un atropello más o menos constante de amigos y conocidos para que apoyemos a alguien o a algo con nuestro voto. Es una técnica de marketing online ya muy usada, tanto que llega a ser molesta. Consiste en movilizar a mucha gente para que vea algo apoyándose en la amistad que se pueda tener. Se organiza un concurso en el que el primer premio se lo dan a quien consiga más votos positivos. ¡¡¡Porfa, profa, que es solo un momento y depende de ello la felicidad de mi hijo!!! 

Es todo un engaño: los organizadores y los participantes saben que consigue más votos quien sea capaz de lograr más idiotas que voten a ciegas, es decir, que engañen a la gente y que hagan creer que esa es su voluntad. Los que lo organizan consiguen tráfico, es decir, gente que va y viene a su página web, que eso es dinero.

Constantemente madres y padres desesperados quieren hacerme que vote por los dibujos / vídeos / fotos de sus hijos. Incluso me dicen que no es necesario que lo vea y que valore, que solo me va a llevar un minuto y que debo darle al click de su hijo y así podrá ganar. Incluso llega en los mismos mensajes las formas de fraude: "puedes votar dos veces si le das a actualizar, si reinicias, etc...." Y lo peor es que los mensajes llegan de parte de gente muy normal, sin apariencias de timadores profesionales.

Yo sé que toda elección por medio de votos es fraudulenta. Toda elección parte de la base de que la gente no sabe lo que vota. Nadie ha leído los programas, nadie ha visto los tratados ni puede valorar las consecuencias de una u otra política, toda votación es un fraude porque se vota por algo sentimental y se pide algo racional. 

jueves, 16 de abril de 2015

Las nueve señales del hijoputa


  1. El pelo ralo
  2. La frente buída
  3. La cara pálida
  4. La barba por parroquias
  5. Las manos blandas, húmedas y frías
  6. La mirada torba
  7. La voz de flauta
  8. El pito flácido y doméstico
  9. La avaricia

C.J. Cela: Mazurca para dos muertos, pasim.

jueves, 9 de abril de 2015

Podemos y Baroja


Oímos con relativa frecuencia eso de que el pueblo quiere "un cambio"... pero, puestos a poner ideas propias en boca del pueblo, afirmo aquí de manera tajante que el pueblo quiere vacaciones. Así como masa, no quiere nada ni a nadie. Quiere como Meursault, ponerse una bandera en el ombligo y ver para qué lugar va el viento. No quiere a los señoritos de Podemos ni quiere a la casta del PP PSOE. Quiere a quien le deje en paz. Que vuelvan a poner fútbol en abierto y que le devuelvan al País de de los Juguetes electrónicos, de las Wii y de los Smartphones "gratis". 

Pensando que el pueblo quiere cambios surge Podemos y el viejo comunismo tiene la oportunidad de oro, para escándalo de la intelectualidad. Es de libro, la verdad: crisis, pasividad de la burguesía, líder carismático, estructuras locales, partidos que se fagocitan... pero de libro de historia del siglo XIX. 

Los bienpensantes les han hecho la campaña, como siempre, para demostrar al pueblo que si llega a mandar Podemos esto es el acabose... que son comunistas y corruptos y de ETA. Pero esa no es la cuestión: Podemos no engaña a nadie, todo el mundo sabe lo que son, no creo que haya que indagar mucho más. No se han preocupado de autocensurarse. Hemos visto a cada uno de los de jefes Podemos cantar la Internacional, apoyar a Cuba o a Venezuela, recibir dinero en maletines, o tambalearse borrachos en una fiesta de ultraizquierda. 

El error está en creer en que solo con denunciar eso, con que “el pueblo” los identifique con "los comunistas" o con los de “la casta”, se lo pensarán dos veces y no les votarán. Y este es el error.

No hay evidencia de racionalidad en el pueblo. La suma de millones de racionalidades da irracionalidad. Esto lo explica a la perfección Unamuno en Vida de Don Quijote y Sancho (*): a no ser que esté bien dirigida hacia un fin. Piensen en un naufragio: todo se hunde y cada uno cuida por sí mismo, pero si hay una salida, todos se dirigen a ella. Es ley: las reacciones de la masa son irracionales cuando falta un ideal, un destino compartido. 

Se supone que si el pueblo sabe que los de Podemos son Hitler o algo peor, votará a los de siempre, al PPSOE, y asunto zanjado. Para entonces, ya habremos salido de la crisis, la prima de riesgo estará ya muy bajita y tendremos la calificación de la triple A. Podremos volver a consumir en la jauja que PP y PSOE nos han creado y volveremos a tener una sola preocupación: seguir ganando dinero para poder seguir disfrutando de la orgía continua. Bien cebados y bien cuidados por papá Estado hasta que la muerte nos impida votar. 

El pueblo se ha cogido una rabieta, y como niño malcriado le reprocha a Papá/mamá Estado que no velase por sus inversiones, que no le avisase de que eso de vivir del crédito era peligroso y –sobre todo- que ya no le pueda producir de nuevo ese espejismo en el que vivía. Ese ideal de vivir como animales bien cebados, ligados a La Tele y cuidados por el Estado se ha desmoronado.

Hay que volver a recuperar la confianza, se dicen unos, y otros -los emergentes- centran su campaña en decir que no nos recuperaremos nunca etc. Ambos con sentimientos: 
1. Rabieta de hijo único: Podemos. 
2. Rabieta pero de niño bueno: Ciudadanos/Vox/UPyD-Rosa. 
3. PP. Padre que todo lo arregla. 
4. PSOE. Madre que todo lo comprende.
Pero hay que salir de este círculo sentimental. Hay que volver a la realidad y no al consumo. Ya no se debe buscar otra vez el país de Nunca Jamás. El Estado ni es -ni debe ser- el garante del consumismo, el Estado solo tiene que proporcionar una cosa: ideales. El resto, gracias, lo buscamos nosotros, nos basta con que no se meta. 

La gente, el pueblo, la ciudadanía necesita un ideal para vivir, un ideal que le una al vecino, que le dé alas y fuerza para luchar y afrontar el día a día. Un ideal trascendente. 

Esto lo sabían los revolucionarios de antaño: la revolución francesa o la rusa quisieron una religión estatal y ofrecían al pueblo todo lo que da la religión, los actuales gobernantes ya no pueden ofrecer más que sentimiento. 

Pero el pueblo vive de ideales y no de comida y sentimientos. Si el político es capaz de dar forma a los ideales del pueblo, de crear un ideal, aunque sea falso (como el ideal comunista o el nacionalista), o de reavivar un ideal dormido, obtendrá el poder.

Esto explica esa ley de nuestra democracia que dice que “la corrupción no es castigada en  las urnas”. Felipe González lo probó: dejó un país arruinado, con varios ministros en la cárcel, con  una pésima idea del Estado de Derecho, que pagaba a mercenarios para que fuesen a matar a terroristas, etc.. Y sin embargo seguía ganando alimentando el ideal del cambio y del pueblo.

Gobernar es hacer que los de abajo se crean de verdad su papel. Es tomar las decisiones para que nadie cuestione lo de arriba. Arriba y abajo no son cuestiones de casta, es necesario que haya alguien por arriba alguien que lidere, que marque una dirección. 

Pío Baroja en el microrrelato: Nihil (Baroja, P.: Nihil en “Vidas sombrías”. Ed. Afrodisio Aguado, Madrid 1955, pp. 102-113) tiene un diálogo estupendo entre un desheredado (es decir cualquiera del pueblo, de los desahuciados, de los que protestan) y “los del castillo” (o del congreso). En ella uno ofrece recuperación económica y salida de la crisis, pero el paisano se niega:

No. No esperaba nada de eso. A lo que aspiro es a un ideal. Ya sabéis. Los del castillo necesitáis comer, nosotros os proporcionamos alimentos; necesitáis vestidos, nosotros os tejemos ricas y hermosas telas; necesitáis entreteneos, os damos histriones; necesitáis saciar vuestra sensualidad, os damos mujeres; necesitáis guardar vuestros territorios, os damos soldados. Y a cambio de esto ¿Qué os pedimos a vosotros los inteligentes, a vosotros lo elegidos? Una ilusión para protegerte, una esperanza para consolarnos, un ideal nada más.


(*) "La manera de expresarse colectivamente un pueblo es un a modo de rebuzno, aunque cada uno de los que lo componen use de lenguaje articulado para sus menesteres individuales, pues sabido es cuan a menudo ocurre que al juntarse hombres racionales, o semirracionales siquiera, formen Un pueblo asno" (Unamuno, Vida de Don Quijote y Sancho, Espasa Calpe (Austral), Madrid 1961, p.139).

miércoles, 8 de abril de 2015

El Estado de Bienrobar

Votantes andaluces
Si Podemos es un peligro, es más peligroso que sigan mandando “los mismos”. Podemos no puede salvar nada porque es lo mismo, con el agravante de que no tiene aún una estructura corrupta (y tendría que generarla). En todo caso no va a sacar votos,  no va a ninguna parte, Pablo Iglesias no va a tener un hueco en la historia de España. No va a representar más que un pequeño temblor, una anécdota, del estilo de aquella que sacudió a España un 23 de febrero de 1981. Lo realmente triste es que todo va a seguir igual. Y esa es una mala noticia.

Quizá el bipartidismo termine y se tenga más colorido el arco parlamentario. El bipartidismo de unidad (este que sufrimos en el que no hay diferencias entre uno y otro) es un largo estado de agotamiento de un régimen, pero cuando se acaba se parte en cuatro (o diez) y vuelven a formarse los dos polos que se disocian. Esto ya lo explica Platón en el Timeo

Es un movimiento natural el surgimiento de Podemos y debería haber un Frente Nacional a la derecha y no el descafeinado Ciudadanos. Estas corrientes que surgen por los extremos solo arrastran a unos pocos. Esos pocos rara vez se hacen con el poder. Sobre todo cuando el Estado es fuerte, como es el caso de España: un Estado de corrupción asentada es casi imbatible, y aquí los de siempre, los que se han repartido el poder desvergonzadamente durante 40 años, han creado una estructura corrupta que es muy complicada de desmontar.  

Una estructura corrupta no es un caso de corrupción, ni diez, ni mil. Es un sistema retroalimentado que genera sus propios recursos, y tiende a que todos participen (o crean participar) de ello: aeropuertos sin aviones, cursos de formación sin alumnos, universidades locales, centros culturales populares, cine estatal, paseos marítimos, glorietas quilométricas, tranvías sin pasajeros, fuentes secas, estaciones de metro moscovitas vacías, televisiones que nadie ve, etc., etc. como si hubiese dinero de sobra, como si el saco de lo público no tuviese fondo... eso todo con su comisión y sus beneficiarios. Con todo lo que hay que hacer para que este gasto sea posible: altos impuestos, por un lado y una alianza entre políticos, empresarios y votantes corruptos (*). 



Los votantes se alinean con la corrupción de un lado o del otro. Y, peor aún, quieren corrupción porque así tienen su parte: viajes, pagas extras, salarios sin trabajar, pisitos más baratos,  sanidad de lujo, operaciones de cambio de sexo y lo que haga falta. Ya no saben vivir de otro modo. El ciudadano disfruta de las nuevas marquesinas, de los autobuses movidos por hidrógeno, de las vacías estaciones de metro del tamaño de catedrales subterráneas. (Y se cree al político cuando dice que sale gratis). Llama a la policía pñor cualquier cosa, como quien llama a un criado, y espera que esté en cinco minutos. Denuncia y exige que se legisle hasta la saciedad. Y quiere que haya tres médicos más, y no esperar, y dos maestros de apoyo, y guardería, y paga para las madres, y paga para que se independice el niño, y que el abuelo vaya a Benidorm. Y nadie se pregunta al votar de dónde sale el dinero. Todos silban, critican al otro corrupto y votan corrupción.

Por eso no va a cambiar nada. Los votantes esperan que todo siga igual, que les den trabajo y que les sigan subvencionando y brindando esa falsa seguridad de la que disfrutamos. El resto** da igual. Se han acostumbrado a la corrupción y no quieren que el Estado de bienrobar desaparezca
Estación de Paco de Lucía, Ana Botella, alcaldesa de Madrid, ya con las maletas hechas, "invierte" 191.000.000 €  en una zona residencial, después de gastarse 150.000.000 € en cambiar todas las marquesinas marrones por unas grises
(*) Solo unos pocos políticos o unos pocos ciudadanos deciden no participar conscientemente. Cuando éstos lleguen a más del 30% estaremos ante un cambio. No los que votan a Podemos, Vox, Ciudadanos o UPyD. No los políticos que se cambian de chaqueta y se van a los minoritarios. Solo cuando den portazo al sistema podrá salir otro sistema, pero costará cien años.
(*) El resto es la ideología, la religión, los valores, la proyección histórica de la nación, etc. Todo esto pasa a segunda posición, lo importante es el estado de bienrobar.