Es importante la idea que se destaca al final de cómo las situaciones misteriosas implican diversión y goce. Así se sentirían los primeros astrónomos. Gracias a esto hemos sido capaces de avanzar tanto en la investigación del mundo que nos rodea. Sería interesante observar esta capacidad en animales. ¿No crees?
¿En animales? Imposible, los animales perciben las situaciones incomprensibles como peligro, producen huida o violencia. La creatividad nace de indagar en la situación incomprensible, en entenderla como un problema, pero para ser un problema debe ser antes real, cosa que los animales no pueden captar.
Pero sí es cierto que los orangutanes, por ejemplo, cuando se sienten seguros y protegidos son capaces de indagar en cosas desconocidas, y seguramente sea porque estas situaciones les producen curiosidad y esta curiosidad cierto grado de atracción, ya que si no estos acontecimientos les serían indiferentes. Es interesante estudiar cómo la cría de orangután, colgada de los hombros de su madre, observa con detenimiento y asombro cada una de las cosas que hace su madre. No así cuando su madre se aleja y ella se siente sola, no es capaz de indagar más, sino de simplemente repetir lo que ha visto hacer a su madre. Tal vez esta sea la diferencia entre estos orangutanes y nosotros (aparte del alma, claro está). Los niños pequeños necesitan la seguridad de la familia para poder desarollarse correctamente (aunque esto hoy en día se ve un poco alterado, ya que los críos se educan según el ideal político de Platón), pero cuando esta sensación de seguridad desaparece llegada la adolescencia, cuando el niño se rebela contra todo y él se convierte en el centro del mundo, no pierde nunca este interés (lo tendremos hasta la tumba) de seguir investigando el mundo que nos rodea. Las situaciones desconocidas continúan siendo interesantes y, por así decirlo, nos dejamos engañar en espectáculos de magia para seguir despertando esa curiosidad que tanto nos gusta.
Personificación, o prosopopeya: atribuir a las cosas inanimadas o abstractas, acciones y cualidades propias de seres animados, o a los seres irracionales las del hombre.
Es una figura retórica. La exploración animal no lo es de realidad, el anomal no vive en la realidad sino en otro mundo, en el mundo del estímulo.
La comprensión no puede ser estimúlica, es comprensión (de la verdad) de la realidad.
El orangután sigue los movimientos de su instinto para dominar el territorio, cosa que le dará dominio sobre el medio para poder sobrevivir lo necesario para reproducirse.
Y, además no puede di-vertirse, porque para ello tiene antes que "vertirse", es decir, volcar su ser en un proyecto. Sin pro-yección no puede haber di-versión.
En el hombre todo es diferente... ya empieza la metafísica de Arsitóteles así: "todos los hombres desean por naturaleza saber..."
Es importante la idea que se destaca al final de cómo las situaciones misteriosas implican diversión y goce. Así se sentirían los primeros astrónomos. Gracias a esto hemos sido capaces de avanzar tanto en la investigación del mundo que nos rodea. Sería interesante observar esta capacidad en animales. ¿No crees?
ResponderEliminar¿En animales? Imposible, los animales perciben las situaciones incomprensibles como peligro, producen huida o violencia.
ResponderEliminarLa creatividad nace de indagar en la situación incomprensible, en entenderla como un problema, pero para ser un problema debe ser antes real, cosa que los animales no pueden captar.
Pero sí es cierto que los orangutanes, por ejemplo, cuando se sienten seguros y protegidos son capaces de indagar en cosas desconocidas, y seguramente sea porque estas situaciones les producen curiosidad y esta curiosidad cierto grado de atracción, ya que si no estos acontecimientos les serían indiferentes. Es interesante estudiar cómo la cría de orangután, colgada de los hombros de su madre, observa con detenimiento y asombro cada una de las cosas que hace su madre. No así cuando su madre se aleja y ella se siente sola, no es capaz de indagar más, sino de simplemente repetir lo que ha visto hacer a su madre. Tal vez esta sea la diferencia entre estos orangutanes y nosotros (aparte del alma, claro está). Los niños pequeños necesitan la seguridad de la familia para poder desarollarse correctamente (aunque esto hoy en día se ve un poco alterado, ya que los críos se educan según el ideal político de Platón), pero cuando esta sensación de seguridad desaparece llegada la adolescencia, cuando el niño se rebela contra todo y él se convierte en el centro del mundo, no pierde nunca este interés (lo tendremos hasta la tumba) de seguir investigando el mundo que nos rodea. Las situaciones desconocidas continúan siendo interesantes y, por así decirlo, nos dejamos engañar en espectáculos de magia para seguir despertando esa curiosidad que tanto nos gusta.
ResponderEliminarPersonificación, o prosopopeya: atribuir a las cosas inanimadas o abstractas, acciones y cualidades propias de seres animados, o a los seres irracionales las del hombre.
ResponderEliminarEs una figura retórica. La exploración animal no lo es de realidad, el anomal no vive en la realidad sino en otro mundo, en el mundo del estímulo.
La comprensión no puede ser estimúlica, es comprensión (de la verdad) de la realidad.
El orangután sigue los movimientos de su instinto para dominar el territorio, cosa que le dará dominio sobre el medio para poder sobrevivir lo necesario para reproducirse.
Y, además no puede di-vertirse, porque para ello tiene antes que "vertirse", es decir, volcar su ser en un proyecto. Sin pro-yección no puede haber di-versión.
En el hombre todo es diferente... ya empieza la metafísica de Arsitóteles así: "todos los hombres desean por naturaleza saber..."