martes, 14 de febrero de 2012

El autoplagio


No sé si se puede llamar plagio a plagiarse a uno la vida.

La cosa es que cayó en mi mano una novela de un tal Casas Ros que empecé a leer sin mirar el prólogo ni la introducción ni la biografía del autor. Era de Seix Barral, que suelen publicar bodrios sencillos, comerciales, facilones.

La historia iba de un estudiante de matemáticas que tiene un accidente de coche con el fatal resultado de que mata a su novia y él queda con al cara deforme para los restos. Que es hijo de madre francesa ("de al Cataluña francesa") y padre Italiano; de madre comunista y padre falangista....

Estaba sorprendido por las tonterías que decía sobre la filiación política de su supuesto padre (porque es tan malo, digo yo, ser en los años 40 fascista que comunista, es decir, que ambos mataron y torturaron todo lo que pudieron) y la gracia de su madre comunista, y por cómo trataba el engorroso asunto de sodomizar a un travestido (él lo cuenta con algo más de poesía).

Tenía curiosidad por saber qué clase de idiota podía escribir esas sandeces. Y leo:

El autor estudiaba matemáticas cuando tuvo un accidente de coche que le deformó la cara... su madre era de la Cataluña francesa, y su padre de Piamonte, lo que le hace moverse por distintas ciudades...

El libro fue a la basura y va a ser reciclado.

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