El consejo por excelencia es ser discreto. Quien quiera ser aconsejador ya sabe lo que hay que decir: "Calla". Y siempre queda uno bien.
-Hombre, a veces hay que hablar.
-Sí, pero, si puedes, calla, por favor. No digas nada, no escribas nada, no piensen nada... y no te pasará nada.
En realidad no es un consejo porque es evidente que el que nada hace nada le suele pasar. Pero tampoco gana nada. Ni crece, ni ayuda. No es nada.
Este consejo puede ser bien recibido cuando el que debe callar dice tonterías, es indiscreto o es un demente; pero si los que hablan son, o se tienen por, gente cabal tenemos un problema.
Este buen consejo puede tener dos intenciones:
- Llamar al aconsejado al orden por considerarlo rematadamente loco
- Avisar al aconsejado de los males que le sobrevendrán si sigue hablando, por considerarlo un osado ante una organización dañina.
En las dictaduras, las organizaciones tóxicas, las mafias o las bandas de criminales hablar puede ser motivo de perder la libertad, la vida, la hacienda, el trabajo, etc.
Por eso aunque sea un consejo gratuito eso de mejor callar.... guarda cierto aire a prepotencia, a amenaza, a amedrentamiento que no me gusta nada.
Así que me desdigo:
Mejor hablar, mejor expresar lo que uno piensa, mejor decir lo que hay de malo para poder repararlo porque quizá si nadie habla todo el mundo piensa que las cosas están bien. Mejor, mucho mejor hablar. Hablar siempre, bien y mal, y regular.
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