3 de septiembre de 2012. Graben esa fecha como fin de la Universidad pública.
Profesores de la Universidad, con camiseta verde, gritan e insultan a profesores con el traje académico. Les acompañan en la gamberrada profesores de secundaria, bedeles, ni-nis, estudiantes y un repetidor que levanta un cartel y aprovecha para hacer publicidad de su blog.
¿Por qué protestan? ¿Por la falta de calidad general de la enseñanza? ¿Porque los rectores reunidos en la CRUE aceptaron perder la autonomía universitaria y la independencia a cambio de una calidad entendida como uniformidad? ¿Porque dejaron entrar a miles de semianalfabetos a la universidad, presionándoles para que bajasen el nivel de la Selectividad? No, ni mucho menos.
Protestan porque les recortan dinero.
Pero digo que es el final no porque los profesores hayan perdido todo el respeto por la institución en la que están, sino porque las autoridades, con la retirada, lo han corroborado: rectores, decanos, secretarios han dado una lección magistral inolvidable: señores ya no hay universidad, mandan los bárbaros.
Porque si hubiese universidad el acto se celebraba de cualquier modo. A puerta cerrada, con policías por público o como fuese, pero se celebraba: los bárbaros mandan cuando los romanos pierden la fe en lo que están haciendo.
Ahora falta el anuncio: el cierre de las universidades públicas españolas está previsto para...
A ver quién compra una.
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