lunes, 9 de julio de 2012

(D)Evaluación del alumno

Todo el mundo conoce y sabe perfectamente sin ser economista, que la moneda se devalúa. Esto es, cada día nuestro dinero vale menos. Y esto ocurre por dos caracteres humanos muy extendidos por todo el género*: la avaricia y la estupidez. La primera mueve al engaño general, y la segunda hace que el engaño sea logrado cada día.

Miles de engaños en todos los puntos de un país, haciendo creer que lo que hay vale más de lo que vale, hacen que realmente los precios asciendan y por lo tanto la moneda valga menos, es decir, nos den menos cosas por lo mismo.

Los economistas creen que la razón del incremento de los precios es que -como sabemos que crecen- hacemos nuestras previsiones calculando el incremento de los precios y calculamos los sueldos, los precios, los alquileres, etc. subiendo ese porcentaje. Pero no es así, es por la avaricia. De hecho no hay ninguna razón para el incremento en el propio dinero, sino en sus usuarios.

Pero (aunque esté de moda) no quiero hablar de economía, sino de educación: la moneda con la que pagamos a nuestros estudiantes los esfuerzos realizados es la nota (nótese que el billete es también "note"). Y toda nota tiende, como la moneda, a devaluarse, hasta que llega, como está llegando, a tener valor nulo, porque nadie pone mecanismos de control y se permiten mecanismos que favorecen la destrucción de la nota.

Por poner un ejemplo de las dos devaluaciones, pongamos que aun profesor de 1990 se le pagaban 600 euros y ponía un sobresaliente por saberse de memoria una lección de 5000 palabras. En el año 2000 ganaba 885 y ponía el sobresaliente por 2500 palabras de memoria. Ahora gana 1200 euros y el sobresaliente lo da por 100 palabras más o menos.

El profesor ha permitido que se devalúe su nota, pero no su sueldo. Y así está la cosa.

A la devaluación de la nota nadie presta atención a no ser que su valor sea cercano a la catástrofe, como ocurría en el siglo XIX con la moneda española, que periódicamente llegaba a valer algo cercano a cero.

Estamos en pleno crack de la nota y alguien tendrá que hacer algo, digo yo.

Yo propongo seis medidas urgentes:

  1. Amonestar y sancionar a los profesores que pongan notas  superiores a la que obtengan los alumnos en prueba general o en Selectividad.
  2. Prohibir cualquier información sobre cómo va a ser cualquier examen general, tanto de Selectividad como de etapa, teniendo por mera orientación sólo aquellos objetivos que marca la Ley.
  3. Convertir en falta y multar a todo padre, madre, tutor, profesor, jefe de estudios, tutor de grupo, preceptor, o cualquier adulto que ponga en duda la nota de un profesor.
  4. Castigar a cualquier alumno que haga lo mismo
  5. Prohibir las juntas de evaluación en todos los niveles (permitir reuniones de profesores, pero no para hablar de notas).
  6. Eliminar las revisiones de exámenes y prohibir toda comunicación con el alumno posterior a la nota que tenga algún tipo de comentario sobre calificaciones.


* Me refiero al humano

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