domingo, 15 de julio de 2012

Menos mal que vino esta crisis


Ser político es un honor. Consiste en representar a tu país en una pequeña parcela, local, provincial, autonómica, nacional. Es un lujo. Mal remunerado pero de grandes satisfacciones. El político hace historia, modela la vida de sus ciudadanos y de los futuros. Ya sí, parece que hablo de políticos de otra época, pero no, hablo de los de ahora.

Deberían ser intachables
Deberían ser intachables, sinónimo de gente de bien. Los políticos corruptos, que es lógico que los haya, puesto que tienen responsabilidad, deberían ser expulsados y deberían caer sobre ellos todas las penas imaginables. La mera sospecha debería ser inaceptable. Sus compañeros, los que no son corruptos tendrían que caer sobre ellos dialécticamente y con mil denuncias. Deberían todos, los de su partido y los de los otros, denunciar la corrupción, porque lo que está claro es que lo que hace un alcalde no lo sabe un ciudadano pero sí un concejal. Lo que hace un Ministro lo sabe su Presidente.

Tendrían que ser los mejor preparados. Los que pudiesen pensar en los problemas de ahora y de dentro de diez años, en la historia y en el futuro. Poco en el presente (en el presente ya pensamos nosotros, gracias).

Pero...
Pero nuestros políticos, o los políticos, que no es un problema solo español, han creado un espacio donde la corrupción y la insensatez propio de las sociedades más decadentes. Creo que es la única profesión donde la falta de ética, la traición y la ausencia de escrúpulos se premia con los puestos de más alta responsabilidad. Ni en las bandas terroristas o mafiosas existe tanta permisividad con la falta de coherencia e integridad (si vamos a la hemeroteca veremos tránsfugas, pederastas, asesinos, criminales de la violencia doméstica, cocainómanos, puteros, que siguen hoy gobernándonos sin problemas )

No ha habido, que yo sepa, una denuncia por corrupción desde el propio partido. No hay, que yo sepa, expulsiones, reprobaciones hasta que no queda más remedio. Tienen un corporativismo de partido a prueba de las morales más fuertes. El partido, el propio partido, puede matar, robar, mentir, traicionarse que nadie dice "esta boca es mía".

No conozco a ningún político que a la hora de firmar una ley, o de aprobar unas medidas que van contra sus principios, dimita sin hacerlo.

El foco de corrupción es el partido
Está claro que el foco de corrupción es el partido, una estructura bicéfala, PP o PSOE, donde se trata de ser fiel a quien tiene el poder o puede tenerlo y caer en el sitio oportuno. Sin saber nada de nada, con ser un trepa o el amigo de un amigo que es un trepa, puede usted ganar millones de euros al año...

Si se afilia y es fiel a la comisión que le marquen usted podrá ser Alcalde para toda la vida, sólo hay que decir que sí y sonreir.

Nadie ha propuesto la ley de trasparencia en la que los partidos, sindicatos, fundaciones del Estado, empresas públicas o semipúblicas tengan obligación de hacer públicos los gastos, ingresos, donaciones, etc. de forma que cualquier ciudadano pueda comprobar cómo los grandes partidos no son capaces de demostrar que viven de las asignaciones públicas.

Nadie ha metido mano nunca a los grandes focos de corrupción de nuestra democracia, que son los ayuntamientos y esa ley del suelo que hacía que la firma de un alcalde convirtiese un terreno de 100 € el metro en uno de 5000 € el metro. Con su correspondiente comisión.

Los secretarios de los ayuntamientos, los concejales, los alcaldes ¿nadie sabe cómo se pagaban las facturas antes de la crisis? Porque los impuestos municipales no han variado mucho desde antes de la crisis hasta ahora sin embargo antes habñia dinero ¿por qué ahora no?

Y las comunidades, y los ministerios ideológicos, y los asesores, y los ministros que no saben nada, etc.. Tantas cosas que, por fin, estamos pensando.... Bienvenida la crisis.

Menos mal que vino esta crisis para hacernos reflexionar...

Y en las próximas elecciones todos a votar a los corruptos y a los insensatos.

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