viernes, 11 de febrero de 2011

10 estrategias de manipulación docente (3)

3. La estrategia de la gradualidad

Desde los años setenta se ha ido imponiendo, poco a poco, suavecito, una pedagogía que su principal virtud es generar ciudadanos incompletos, castrati espirituales que cantan las maravillas de la igualdad, la libertad y la fraternidad.
El fin de la educación (la formación de personas íntegras, plenas, libres y responsables) se sustituye por la producción de ciudadanos manipulables. Esto, no puede ser impuesto más que gradualmente, como se hizo.
El sistema educativo genera ahora nuevos castrati que son profundamente inmorales pero que cumplen con las obligaciones estatales: ciudadanos que pagan sus impuestos, que votan a uno de los dos partidos, feroces consumistas (y por lo tanto hacedores de riqueza) y con un "almagrama" plano en cuestiones morales. Pero a nadie le importa ya.
El sistema elegido fue ciertamente gradual. Pues la sociedad, el pueblo, la ciudadanía, jamás hubiese aceptado un cambio así. Pero el pueblo poco importa.
En cada Ley educativa, siguiendo un tempo de cinco años, se introdujo una novedad que trastocaba todo el sistema.

Primero (1970, LE). Cambios formales. Empezaron con la democracia interna en los centros. Por más vueltas que le doy no veo la razón por la que los profesores deban elegir al director. Quizá los catedráticos tengan algo que decir, pero no me imagino una empresa en la que los empleados elijan al director, al jefe de personal, etc. ¿Imaginan a los funcionarios de un misisterio eligiendo a su ministro? Esto favorece que los directores sean blandengues con los profesores, simplemente porque se juegan el complemento si exigen demasiado.

Segundo (1985, LODE). Cambios materiales. El Estado se impone sobre los colegios y las universidades privadas imponiendo las características que deben tener. No importa la educación, el resultado. Se cierran cientos de colegios. No pasa nada.

Tercero (1990, LOGSE). Cambios metodológicos. Aquí el Estado impone una pedagogía. Habiendo tragado la píldora de lo formal y material, ya acostumbrados a que el Estado se meta en clase, se acaba la improvisación, la docencia personalizada, el "librillo"... el profesor aplica lo que le dicen, debe programar "hasta el
minuto" de la "práctica educativa"... programaciones de aula, de área, de todo. El profesor es un programador que aplica lo que le dicen. Un ser intercambiable. Ya dice lo que le dicen como se lo dicen y a la hora que lo dicen. Y él calla.

Cuarto (1994, Transversalidad). Cambios profundos en la mente de los profesores. En toda la práctica educativa. Ideología hasta en el comedor. El profesor se convierte en un trasmisor de la ideología dominante. Y calla.

Quinto (1995, LOPEG). Más cambios formales en le gobierno de los centros, ya funcionalizados los profesores, ninguneados, avanzan en la dirección efectiva de sus mentes

Sexto (2006, LOE). Asentamiento y dirección total. Ciudadanía, sexualidad, se reduce la filosofía a la filosofía práctica, la historia de la filosofía ya no estudia filósofos, la filosofía es ética, la ética política, etc. No hay historia a penas, hay conocimiento del medio y science.

Como ven, planes quinquenales ocultos. Si la revolución ya no entra de golpe, poco a poco, suavecito, nos tragamos la píldora envenenada del estructuralismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario