viernes, 4 de febrero de 2011

Consideraciones sobre la Edad Contemporánea / Postmodernidad

La filosofía moderna, iniciada por Descartes, centrada en la teoría del conocimiento y en el sujeto, y en el lenguaje lleva a una crisis general de la filosofía. Tanto límite al pensamiento, en busca de la verdad-verdadera, clara-y-distinta, racional-pura, crítica, etc. se vuelve contra la filosofía porque la filosofía quiere saberlo todo, y todo es Todo.

Consecuentemente, el siglo XIX será el siglo de los reduccionismos y de la atrofia espiritual. Un siglo negro de la Historia de Occidente, donde se fraguan las ideologías que van a dejar Europa sembrada de cadáveres en el siglo XX. Cuando se decreta que Dios no existe pasan estas cosas, es lógico, si negamos lo principal nada queda a salvo.

Con la razón recortada (y pura) los filósofos tendrán tres salidas:

1. Positivismo, pragmatismo. Aceptar el reduccionismo y los límites kantianos al conocimiento filosófico y comenzar una filosofía que niega todo lo que no es científico. Evidentemente este camino es muy pobre y antinatural, porque la verdad es una tendencia humana y no se puede recortar mucho tiempo. El hombre quiere saber de Dios, de su inmortalidad, de su libertad. No es posible sostener mucho tiempo que todo lo que da sentido a la vida es un sinsentido.

Esta tendencia reduccionista se aviva con los triunfos de la ciencia: la mecánica newtoniana, la nueva concepción del espacio y del tiempo como absolutos, la aplicación de la Ley de Gravitación, los descubrimientos en química (gases, modelos atómicos, nuevos elementos, etc.), la aparición de la electricidad, las ondas electromagnéticas, la nueva micromedicina, la anestesia, los avances en la lucha contra las enfermedades infeciosas, el darwinismo, las nuevas teorías económicas, los avances en tecnología y en el mercado, la genética, el conocimiento de los neurotransmisores, el avance de las comunicaciones, etc, etc, etc.



[Pero con la electricidad se puede alumbrar una calle o ejecutar a un reo, con los gases se puede volar en dirigible o matar a miles de judíos, con la energía atómica podemos volar a toda una población o comunicarnos por Internet... El mito del progreso empieza a ser visto con recelo, al final si dejamos a la ciencia avanzar sin ideas la ciencia puede convertirnos en cosas, alienarnos, etc]


Todos los burgueses que quieren autonomía tienen su telescopio y su microscopio, todos los jóvenes quieren ser científicos, todas las plazas de todos los pueblos tienen su estátua dedicada al científico de turno o a la Ciencia. La ciencia se vulgariza, se venden libros de divulgación como si fuesen novelas. Surgen miles de teorías que la ciencia no puede asimilar.

Por otro lado, pero muy relacionada, surge una actitud ética, estética y política pragmática. Lo importante es lo que sirve y las cosas que no sirven para nada deben quedarse en casa (Dios, las mujeres, las ideas metafísicas, los niños, los esclavos, la moral, etc.). Surge el ateísmo práctico. Llamado en filosofía deísmo, que consiste en dejar a Dios fuera del mundo.

La utilidad es la clave de la nueva época: ciencia que se debe convertir inmediatamente en objetos útiles y vendibles. Sólo vale lo que genera comodidad y dinero.

2. Irracionalismo y vitalismo. Hay otros pensadores que para romper el límite al pensamiento impuesto se van por lo irracional y atacan a todo lo que es civilización, razón, orden, etc. Son los pensadores románticos, los náufragos de la Balsa de la Medusa, aquellos que van a la deriva, en un mundo de naturaleza fiera y despiadada. Sólo buscan un punto de apoyo, una tierra firme donde asentarse, y mientras tanto elevan lo sentimental por encima de la razón.

Aquí, en este contexto romántico surge el vitalismo y la filosofía que proclama "la muerte de Dios" y el ateísmo militante de origen anarquista y socialista. El ateísmo es una forma de fe ciega e irracional, pues es imposible negar a Dios con la razón o con la ciencia, porque el pensamiento sobre Dios presupone su existencia. Los ateos de esta época (y de la nuestra) hablan más de Dios que los creyentes, y surgen de nuevo las persecuciones religiosas, alegando que la religión es un asunto privado (?).

El hombre del siglo XIX, inmerso en el ateísmo teórioc o práctico busca espiritualidad donde puedeaparecen en esta época supersticiones olvidadas, espiritualidades orientales, espiritualidades pseudocientíficas y ritos laicos que simulan o imitan los religiosos. En torno a las grandes dictaduras surgen diosecillos a los que el pueblo se arrodilla, y asciende a los altares el dios dinero, simbolizado por el dólar. Por otro lado resurgen las sociedades secretas masónicas, como una búsqueda de una religión laica.

3. Idealismos variados. Otro grupo de pensadores pretenderán exprimir a Kant en lo que respecta a su filosofía del espíritu absoluto más allá del fenómeno, que pone la realidad y la determina, quieren seguir avanzando por el camino de la modernidad, pero su trabajo va a generar moustrosidades contrarias al espíritu de Kant: si Kant creía en la libertad, estos la niegan, si Kant creía en el individio, estos en el Estado, si Kant creía en Dios, estos filósofos quieren ocupar el lugar de Dios, etc.

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Dos cuestiones más que resaltar, propias del siglo

A. El siglo de las dicotomías aparentes. (Una dicotomía es algo así como una antinomia pero `presentada como una contradicción práctica, no como un enigma. Se pretende vivir de la lucha entre ambas).

Analizaremos sólo una, madre de las restantes: lo público y lo privado va a causar estragos, porque el alma no puede dividirse y quiere afirmar lo que vive en su esfera más íntima. Es propio de esta época seguir el camino que Kant marcó en opúsculo ¿Qué es ilustración? sobre la distinción completa de la vida pública y la privada:


El uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración(Kant, M. (1784): ¿Qué es ilustración?)


[Es evidente que si el sujeto tiene una dimensión privada y una pública debe poder actuar en una y en otra con los mismos presupuestos, es decir, si una persona cree en Dios o está enamorado en su vida privada tiene que poder afirmarlo en la vida pública. No podemos dejar en casa la religión, la ética, el amor, la familia, sino que debemos integrar todo en la vida pública. No son ámbitos contrarios, donde el hombre tenga que optar por uno en detrimento del otro, sino que son dos dimensiones de la persona, en realidad no hay oposición entre fe y razón, entre hombre y mujer, entre público y privado. Esto lo planteó Kant porque no tenía vida privada, el pobre.]

B. El antihumanismo.

Está claro que si Dios ha muerto el hombre va detrás.

Si Dios desaparece el hombre queda solo y solo no tiene sentido: debe morir y nacer un hombre nuevo. El mito del hombre nuevo es muy propio de este tiempo, se espera un superhombre o un superobrero viviendo en el paraíso comunista, o un superario obrero viviendo en el IV Reich. La nueva humanidad, desobediente con su historia, con la naturaleza y con Dios va a intentar emanciparse del todo, siguiendo la idea kantiana, y en esta emancipación se espera una nueva especie en lo biológico y en lo espiritual.

Los existencialismos también aportaron su granito de arena a la destrucción de la humanidad, recordándole el despojo que es, ya sin sentido, ya sin Dios, ya sin alma. El hombre es un mono para el hombre y entonces sólo nos queda eso: hacer el mono, gozar, comer y morir (no necesariamente en este orden).

4 comentarios:

  1. Interesante...
    Una pregunta: ¿Por qué no se da filosofía india u oriental en bachillerato, por qué solo se da historia de la filosofía occidental? ¿No podríamos aprender mucho de los asiáticos?

    J.García

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  2. Por varias razones:
    1. No la entenderíamos del todo. Llevamos la filosofía occidental en nuestra genética. Ya vemos como nos han enseñado a ver los filósofos del pasado.
    a. De hecho cuando intentan orientalizarse los europeos hacen ciertamente el ridículo.
    2. Porque no son sistemas racionales que tienen éxito. La ciencia occidental (impensable sin la filosofía) es la mejor del mundo. El Dalai Lama y Jiang Zemin, cuando enferman van a la medicina occidental.
    3. Porque es el único sistema de ideas que permite una teología.
    4. … y porque estamos en Occidente.

    Un saludo

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  3. Estoy de acuerdo en el primer punto, pero no me refiero a orientalizarse ni a cambiar radicalmente el punto de vista, a intentar fundamentar la teología ni la ciencia occidental, que objetivamente sí es la mejor.
    Estamos en el mundo, con más personas.
    Lo que quiero decir es simplemente conocer esta filosofía oriental, de manera objetiva. Luego allá cada cual con su conciencia y que cada uno extraiga lo que quiera. ¿No?

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  4. Muy de acuerdo. Pero primero hay que conocer la nuestra.

    Actualmente no se enseña filosofía en secundaria (lo de la selectividad es una caricatura de la historia, y el temario de filosofía y ciudadanía es una tomadura de pelo) y en las universidades en muy pocas, y privadas, y en algún departamento aislado de algunas públicas.

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    Fu Yu Lan: Historia de la filosofía China, es un buen comienzo, aunque tiene demasiadas categorías occidentales.

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