jueves, 5 de diciembre de 2013

La ciencia, la verdad, la manipulación

Fotografía tomada del excelente Blog "Los papeles de Don Cógito"



Una persona me preguntaba sobre la validez de mi discurso sobre Dios... pero en realidad no era una pregunta, era la etesia queja del materialismo decimonónico ambiente, que viene a la Universidad a negar todo discurso racional amparándose en que solo el discurso científico es racional y objetivo y -sin embargo- el discurso filosófico es pura opinión. Da la impresión de que igual lo que diga, de que estamos en un debate de La Tele, puesto que cualquier razón va a ser opuesta a otra razón sin afán de verdad, y todo pretende ser relativo. No hay forma de buscar la verdad -dicen- pero ellos tienen un elenco de verdades que guardan bajo la manga. 

Iba a hacer una entrada llena de textos de Popper (el mismo Popper que tanta gracia hacía a mis alumnos de Bachillerato), de Kuhn y de Lakatos; un discurso sobre la provisionalidad de los saberes científicos y el carácter fragmentario de las ciencias positivas, o sobre las limitaciones y los aciertos del método, etc. Pero me remito a los apuntes y a artículos pasados.

Todo lo que pueda decir sobre ello ya está ya escrito y no es bueno escribir sobre lo que ya se ha dicho. Nadie que haya pensado un poco sobre el tema, o que haya leído, lo discute. La ciencia del siglo XX abandonó la búsqueda de ideas absolutas y ya no queda ningún científico que crea que lo que hace es descubrir es la verdad. Los científicos saben que la realidad es más amplia que lo que ellos estudian y que es imposible controlar todas las variables, y suponiendo que en un sistema acotado se controlen absolutamente todas las posibilidades de cambio, siempre el conocimiento será relativo a los paradigmas y a las teorías generales. En todo caso, aunque fuese así, la ciencia sólo dice cómo funciona el mundo, y renunció a describirlo en tiempos de la revolución de la cuántica.

Si hubiese un científico hoy que pensase realmente que la verdad de la ciencia es absoluta e indiscutible, podría afirmar sin lugar a dudas que una persona con con la ὕϐρις inflada que no puede llegar muy lejos en ninguna disciplina. Simplemente porque si alguien que está realizando una actividad no se preocupa de estudiar las normas de esa actividad, en este caso la epistemología, no será nunca bueno en lo suyo. Ojo, que esto no es malo, no es malo que haya científicos sin pretensiones, lo malo es serlo y a la vez creerse un "científico" que conoce la verdad... y no ser más que un titulado de ciencias, repetidor de experimentos, a la orden de verdaderos científicos, que por definición son personas con la mente más abierta, humanistas, con amplitud de miras, etc. ¿Cómo va alguien a interrogar a la Naturaleza sin preguntarse cómo es, a dónde va, de qué va todo? ¿Cómo va un médico a curar a los pacientes adecuadamente sin saber antropología? ¿Cómo un economista no va a saber nada de la sociedad en la que negocia? ¿Cómo va alguien a dirigir un laboratorio o una investigación sin conocer nada de ética o de estética?

Es evidente que los científicos que quieran hacer algo deben estudiar la realidad y estar atentos a todo. Es evidente también que la ciencia no agota la realidad y que debe apoyarse en las ciencias del espíritu, como las ciencias del espíritu se apoyan en las ciencias positivas.  Y esto no es una opinión, es verdad. No admite discusión. 

Pero la ideología quiere hacer una guerra donde no puede haberla, simplemente porque sin filosofía la ciencia se vuelve contra el hombre, y sin ciencia la filosofía no le sirve a nadie, queda en las nubes. 

La ideología que denuncio puede verse en sus cuatro dimensiones:

1. Imponer por medio de las grandes productoras y editoriales unas verdades supuestamente científicas que se alejan mucho de la realidad de la ciencia actual (en especial en los orígenes)
2. Obligar a todos a tener una idea relativista en la metafísica, por un lado, y -por otro- en lo relativo a la filosofía práctica. 
3. Imponer una dictadura irracional sobre ciertos conceptos e ideas que funcionan como tabúes y han sido descritos eufemísticamente como lo "políticamente correcto", tales como las cuestiones de género, las cuestiones democráticas o el laicismo. 
4. Aceptar la espiritualidad exótica o exógena, por muy deficiente que sean, antes que la religión revelada, racional y liberadora de Occidente, de manera que lo religioso se equipara a las demencias de la Nueva Era y de la espiritualidad falsa.


Con estas cuatro dimensiones del fenómeno, todas prácticas, sin posibilidad de reflexión, el Mercado y el Estado se apoderan de nosotros y nos quedamos sin posibilidad de liberación. 

Frente a esta dictadura nos queda la filosofía, la religión y el arte. 

2 comentarios:

  1. si algo ha demostrado la ciencia es que la palabra religion y la palabra racional no pueden ir unidas.....

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  2. Estimado anónimo: eso que escribe es un dogma? Gracias por el apoyo a mis tesis.

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