lunes, 23 de diciembre de 2013

Feliz Navidad ¿virtual o real?


El término virtual viene a ser lo que tiene virtud para producir un efecto, que parece real, pero no lo es, o más exactamente, no lo es del todo, necesita de otros para ser perfectamente real.

La realidad no es lo que vemos, ni siquiera es lo que podemos ver de algún modo, aunque no lo podamos ver ahora. Tampoco es lo que podemos medir, lo que impresiona nuestros aparatos de medida, etc. No, eso no es la realidad, es una parte de la misma. 

La realidad es más de lo que aparece. La realidad está más allá de las cosas que vemos, éstas nos indican qué es la realidad, apuntan a ella, pero si no aprendemos a ver más allá de las cosas aparentes no veremos nada.  Es como estar presente en un cine, pero sin enterarnos de qué va la película. 

Ver: ésa es la clave, experimentar de verdad la realidad es lo que nos da sentido, por ejemplo en este cuadro de EL Greco hay tres realidades sin las cuales no se entiende nada de nada. Sin la realidad empírea, celeste, no hay cuadro, o el cuadro sería una escena costumbrista sin importancia. 

Recortar el cuadro en busca de "lo esencial" equivale a quitarle realidad al hecho histórico, porque la "gracia" del cuadro, la gracia de lo que pasó en Belén, es decir, la realidad que muestra no es otra que la encarnación del hijo de Dios, por eso el cuadro no se puede romper sin romper la realidad, no se debe obviar lo que pasa en el cielo, porque sin ello lo que pasa por aquí no tiene importancia. 

Lo importe del cuadro está arriba y abajo, no en el centro. Hay que saber mirar. Arriba tenemos dos ángeles que se parecen un poco a los pastores: 



Y debajo está casi lo más importante: el pastor arrodillado, porque si en el cielo hay fiesta y se baila y en la Tierra a nadie le importa, y nadie se entera, pues no sería muy de recibo. Tampoco lo sería estar como si nada hubiese pasado y sí.


Así que el cuadro es completo y muestra la realidad auténtica: el hombre de rodillas, los ángeles cantando y haciendo cantar a todos para darles una realidad que no tendrían.

La realidad del portal de Belén solo se explica en estos tres planos, como la realidad de cada uno. Eso sí cada uno, quod naturam non dat, ve lo que puede.

En definitiva: felíz Navidad

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