lunes, 28 de octubre de 2013

La familia en los tiempos de crisis

Enlace  unl vídeo de lo que creo que es de la Consejería Vasca de Familia


Una persona completa, que se desarrolla adecuadamente, que crea una red auténtica de amigos y que lleva una vida ética impecable es invencible. Si cae en lo que llamamos desgracia se recupera. Se levanta, porque tiene dónde agarrarse, porque ha conseguido crear lazos fuertes, que es en lo que consiste esto que llamamos vivir.

Es lo que dice este vídeo. Lo dice sin decirlo. La familia, dice, ayuda a quien está en paro. Los abuelos cuidan de los niños y comparten la pensión, etc., todo muy bonito, muy compartible en las redes sociales. Demasiado bonito en un tiempo donde la crisis primera es de la familia. 

La familia está en crisis no por casualidad, ni por las circunstancias. La familia ha sido atacada directamente por las dos ideologías antipersona dominantes: la derecha liberal y el socialismo democrático. Alguien decidió después de la guerra que la familia no era de izquierdas  y que lo que importaba a la izquierda era la sociedad, la ciudadanía. Alguien pensó -a la vez- que la familia no era de derechas y que lo que importaba a la derecha liberal era el individuo burgués. 

Y todos se empeñaron en romperla con normas que empezaron poco a poco a demolerla con legislaciones que han ido minando la institución desde todos los flancos: la indisolubilidad del vínculo se tradujo en un contrato indefinido que puede romperse a voluntad de las partes, sin indemnización, ni alegar causa, es decir, en un no-contrato. 

Después vinieron las leyes económicas, la separación de bienes y el trato administrativo de cada uno como un ser individual, ya no valía la firma "indistintamente" y las autorizaciones las tenían que firmar los dos. Luego la equiparación práctica a efectos de pensiones y demás con las "uniones de hecho". Entre tanto nos colaron normas menores como el reconocimiento de familias numerosas a las familias con dos hijos, de madres solteras o los formularios en los que se colocaba al matrimonio normal* como una de las opciones a rellenar, etc.

La televisión y el cine, sobre todo el cine, mostraron a los héroes y a los triunfadores como seres individuales que se bastan a sí mismos, y a los hombres familiares como bonachones perdedores. Los distintos gobiernos fueron minando las ayudas a las familias. Es significativo que después de quince años de crecimiento económico sostenido, cuando todos éramos ricos, Zapatero decidió un 3 de julio de 2007 dar, como limosna, una ayuda a la maternidad (los 2500 €). Nada más asomar las orejas la crisis, el 1 de enero de 2011 la ayuda fue retirada. 

Más tarde, por si a alguien le quedaba duda de que la familia era algo inexistente, inventaron el matrimonio gay y lo colocaron cara al Registro Civil como una opción más. Lo peor fue que en los debates nos dimos cuenta de que la mayoría de la sociedad no sabía ni definir lo que era la familia: la familia había dejado de existir.

Pero ahora los mismos políticos que se la cargaron vienen a recuperar la familia. Ahora las familias son las que ayudan a los demás, las que impiden que haya una gran revolución con seis millones de parados (bueno, la familia y la economía sumergida). Las familias "arriman el hombro"

Sí, sí, pero no a todos. Sólo se benefician quienes han sabido mantener y crear la familia, los que no, los que se creían dioses con el bolsillo lleno y despreciaban a sus amigos y a su familia, no tienen nada y se precipitan al vacío cuando el Banco se lleva su casa-ilusión. 

Quizá algo hayamos aprendido de la crisis: que hay que cuidar lo importante... o no. 





* Sí, sí, normal. Normal antropológica, lógica, históricamente. El matrimonio es entre dos y para siempre. No se puede preguntar 

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