jueves, 31 de julio de 2014

Israel 5 Palestina 1


Últimamente veo noticias escandalosas sobre lo malos que son los judíos. Otras sobre lo malos que son los palestinos. Unos y otros se encargan de mostrar al mundo, de mostrarnos, las atrocidades de una guerra desproporcionada. En las redes sociales. los medios de comunicación y en el mundo tradicional es muy significativa esta bipolaridad futbolera entre los partidarios de exterminar a unos o a otros.

Tengo amigos de extrema derecha que defienden a Palestina (frente al "sionismo") o a Israel (contra los "moros"), algunos de izquierdas defienden a Palestina (contra EEUU y el capital) y otros a Israel (por las libertades); los moderados de izquierda y derecha defienden cada uno lo suyo por razones opuestas. No he encontrado aún la regla que hace que unos sean antisemitas y otros antipalestinos. En las guerras mundiales los germanófilos eran gente con más carácter, más marcial y militar; y los francófilos más amanerados. Pero ahora no. Me encuentro a gente muy blandita, pacifista, partidaria de todas las liberaciones imaginables y de la igualdad entre sexos que apoyan a los palestinos sin pestañear. Y a tipos de dos metros paramilitares que deberían estar con la fuerza judía convertidos también en defensores de esos pobrecitos terroristas que con el dinero que les mandamos no tienen ni para lanzaderas.

Y yo veo las barbaridades de un lado y del otro y procuro no tomar partido. O para ser más exacto, mis simpatías están más con los franciscanos de Jerusalén que con todo lo que les rodea.  

Esto quiere decir dos cosas: 

1. Que mientras los palestinos estén aliados con el Islam (retroceso económico, imposición de ley religiosa a la sociedad civil, castas, ataque a otras religiones, pérdida de derechos de las mujeres) será absurdo defenderlos en nombre del derecho de los pueblos a su independencia y libertad, porque los pueblos no tienen derechos, sí las personas que viven en ellos.

Retirarse de Irak, Siria o Afganistán y no proceder a un gobierno colonial es un error que deja a los moderados, a las mujeres, a los miembros de otras religiones, entre ellas las cristianas, en la más clara indefensión, como está ocurriendo en Irak.

2. Que mientras los judíos ocupen territorio aduciendo razones históricas y raciales, mientras no permitan la libertad de culto, los derechos de los palestinos (uno a uno, no del pueblo) a vivir en su territorio y a trabajar en igualdad de condiciones que un judío, etc. No debemos aceptar que la guerra que presentan es una guerra justa. No lo es. Pero no por la desproporción, ni por el número de víctimas, simplemente porque las ideas que llevan a la formación de Israel son contrarias a la razón y a la naturaleza humana. 



En definitiva. Todas las barbaridades que veamos en la guerra son la lógica de las ideologías cerradas del islamismo y el sionismo. Las lágrimas y la desolación no son producto de los judíos / palestinos [táchese lo que no proceda], sino de las ideas destructoras nacionalistas de un lado y del otro, de la intolerancia religiosa, de la falta de desarrollo moral.

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