lunes, 25 de febrero de 2013

Virtudes universitarias



..."la educación permite a los hombres tener una visión clara y consciente de sus propios juicios y opiniones, desarrollarlos con veracidad, expresarlos con elocuencia y reivindicarlos con energía. Le permite no dejarse distraer ni confundir por lo irrelevante, y finalmente lo habilita para ocupar cualquier puesto con garantías y para dominar fácilmente cualquier materia..." (Newman)

La universidad sólo puede calar en las personas que posean las virtudes que Aristóteles llamaba intelectuales. Es el trabajo de los bachilleratos el lograr crear en los alumnos esas virtudes básicas sin las cuales el paso por la universidad es una inútil pérdida de tiempo y dinero, a la par que molesto para los universitarios y perjudicial para el conjunto de la nación.

Estas virtudes universitarias pueden ser disposiciones del espíritu en su grado ínfimo, pero al menos deben existir como germen para que la interacción entre persona y universidad dé resultados óptimos:

1. A la universidad se viene a aprender. Si usted ya viene aprendido quédese en casa. No se pone en duda la palabra del profesor hasta que no se sabe lo suficiente como para poder pensar por sí mismo. Lo que dicen los profesores universitarios es interesante en algún sentido que quizá a usted se ele escape. Si usted no lo capta es problema suyo.

Aunque esto - que es tan evidente, tan sencillo y tan de primero de primaria- se ponga en duda, no por eso vamos a ceder ni un poquito: los profesores universitarios somos los que conocemos, conservamos y transmitimos el saber. Y no la televisión. Y no los culturetas de los debates amañados. Y no los periodistas. Y tampoco los profesores de secundaria o de primaria. Y mucho menos los actores y faranduleros.

En las cuestiones que afectan a la cultura académica sólo tiene voz quien ha recibido la antorcha de la tradición, y esta la puede obtener de libros académicos o de profesores universitarios. Por ello sobre lo que dice un profesor cuando habla ex cátedra (valga la comparación) es verdad y solo tenemos derecho a opinar DESDE la tradición, nunca desde las opiniones. Las opiniones, que tanto se han empeñado en salvaguardar los relativistas, no valen nada, no son nada, no sirven para nada.

(Sí, sí. Tus opiniones sobre todo lo que opinas, sobre este artículo, sobre la última película, etc. no son más que palabrería sin sentido).

2. La otra de las grandes cualidades que debe tener el alumno universitario es la inteligencia: no se puede venir a la universidad si uno no es capaz de una mirada más amplia, más completa, más limpia que el vecino del quinto, el panadero o el lechero. Si uno no tiene la disposición del espíritu a ser y parecer inteligente no debe ir a la universidad, debe ser lechero o panadero, que son profesiones muy dignas y mejor pagadas en muchos casos que las universitarias. 

(Pero no vaya a vender leche sin la disposición para ello....) 

Los que se jactan de su poca inteligencia, de su poca cultura, de su precaria preparación deben salir escopetados de la universidad.

Como saben, la inteligencia es una cuestión de visión: si usted no es capaz de ver en un texto, en una imagen o en un argumento más allá de lo meramente objetivo… si no es capaz de reconocer un símbolo, una metáfora… si no es capaz de entender nada de verdad. Debe abandonar los estudios universitarios.



1 comentario:

  1. que gusto leerle Don Javier , que lastima que solo dure 4 meses su asignatura , debería ser durante toda la carrera.
    Me ha ayudado mucho para iniciarme en la universidad.

    ResponderEliminar