La utopía solidaria neomarxista se deshace ante la cruda realidad del infrahombre incapaz de gobernarse. Y tiene que venir la dictadura del perroflautado a poner orden y concierto. Orwell, Orwell... ¡Cuánta coincidencia con Acampada Animal!
Tantas prohibiciones ya avisaban de la realidad: la gran mayoría de los organizadores son simple y llanamente gente que no ha sabido hacer su vida y -consecuentemente- están indignados, más bien cabreados, con su propia vida. Incapaces de hacer nada a derechas, hoy los medios les ayudan (¡mamá, salgo en la Tele!), quienes nunca mandaron ni sobre sí mismos ahora son flamantes Presidentes de la "Comisión x" y se sienten satisfechos. Los gobernantes, los comerciantes de Sol, los medios de comunicación, la policía... todos los que se han ganado con su trabajo un puesto en la sociedad deben pedirles audiencia para que se vayan, o se desinfecten, o se organicen.
No quieren volver a una vida anodina, les gusta el Gran Hermano que han montado, ahora también con contenido sexual. Público
No hay comentarios:
Publicar un comentario