Creo que en este país, por mucho que se airee la corrupción política no tenemos un problema de políticos, sino de corrupción a secas, generalizada. Corrupción que coge a España de arriba a abajo: desde la periferia a la capital; desde los más pobres que roban al Estado en su prestación hasta los bárcenas y roldanes.
Los políticos son seres normales, tirando a buenos, no muy inteligentes en su mayoría -todo hay que decirlo- pero listillos y muy cumplidores, y con grandes ideales. Son gente, por definición, altruista y volcados en los demás, pero con un ego desproporcionado. Nada más. Como tantos otros.
Los políticos no son peores que el pueblo, es más, son lo mismo que el pueblo y ése es el problema: que los políticos deberían ser mejores que la media: los más preparados, los más inteligentes y los más honrados.
Pero elegimos (casi) voluntariamente un sistema democrático que no garantiza que los candidatos sean medianamente honrados, inteligentes, etc. y ese sistema se pensó con partidos y sindicatos fuertes que son gobernados por personas débiles (me refiero a que como comen de eso y sólo saben hacer eso, son comprables, maleables, capaces de vender a su madre por seguir en el sillón, etc.).
Nos guste o no, éste es nuestro sistema. No puede cambiarse como dice el perroflautado internacional porque es el único conocido que garantiza las libertades básicas, a las que no es bueno renunciar así por así. La renuncia a la libertad no da resultado y genera sociedades más pobres y más corruptas. Está muy bien los primeros años, porque surge de la unidad de la masa, sobre todo si va acompañada de una guerra o una revolución, pero pasada la primera emergencia no funciona nada, cada uno va a lo suyo.
Podríamos intentar un régimen autoritario, como el de Franco o el de Chávez, pero sin guerra esto sería un caos: no somos un país productor ni autosuficiente, no tenemos ni la tecnología ni los cerebros capaces de hacerla funcionar; no somos más que un país de servicios, sin industria y sin apenas agricultura o ganadería rentable, así que o admitimos a millones de turistas o esto no marcha.
Y a nuestros políticos esto les da igual. Ahora hacen de políticos porque les hemos descubierto en el juego de los sobres y los mismos que han recogido y entregado miles de sobres (periodistas) se escandalizan con una facilidad pasmosa
Eso es la pilleria española
ResponderEliminar