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martes, 18 de marzo de 2014

Hipócritas






"¿Qué hacen los hipócritas? Se maquillan, se maquillan de buenos: ponen cara de estampita, rezan mirando al cielo, se muestran, se consideran más justos que los demás, desprecian a los otros. 'Pero - dicen - yo soy muy católico, porque mi tío ha sido un gran benefactor, mi familia es esta y yo soy... he aprendido... he conocido tal obispo, tal cardenal, tal padre... Yo soy...'. Se consideran mejores que los demás. Esta es la hipocresía.


El Señor dice: 'No, eso no'. Nadie es justo por sí mismo. Todos tenemos la necesidad de ser justificados. Y el único que nos justifica es Jesucristo".



lunes, 19 de diciembre de 2011

Una tragedia para la cultura

"Lucía Etxebarria dejará de escribir libros por la piratería"

La noticia es festejada por miles de escritores de verdad de todo el territorio nacional
Pero no. No es de verdad, sino de mentirijillas... está en la campaña de Navidad: "mi intención, de momento, es dejar de escribir novelas por unos años...." ja, ja, ja.
"mi intención (mañana puede cambiar) de momento (eso mismo) es dejar de escribir novelas por unos años (¿unos?)"
¡Corran, corran! a comprar su último libro, que es el último! Con esto se logra unas cuantas portadas, y twits y retwits por toda la red. Vamos a hacerle la campaña de Navidad. ¡Y gratis!
En un añito tendremos el nuevo bodrio, vergüenza de las letras españolas, en todas las librerías. Y casualmente será estrella invitada en los programas de más progre audiencia. Y al cajón un milloncejo de euros.
Hay que tener la cara muy dura para despreciar al lector que se gasta los cuartos en leerla, en comentarla, en hablar de ella.
Hay que ser avara.
Y vaga.
Porque el que tiene la suerte de poder vivir del oficio de escritor debe dar gracias. Millones de años luz en estilo, conocimiento de la lengua, capacidad narrativa, memoria, inteligencia, voluntad, les sacan los  calderones, los unamunos y los valleinclanes y no comían a diario.
Y eran escritores de verdad que no podían dejar de escribir y lo hacían para  la Humanidad. No para ganar unas miserables perras.
Y todo por política, porque se van los suyos de la política, esa panda de negados para las artes que sólo saben vivir del cuento.
Y encima poniendo carita de pena.
Una pena.

Por favor, Lucía, rica, un favor a la humanidad: da de baja tu web, cierra el quiosco y no escribas nada más.

La "noticia" : http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/19/cultura/1324317428.html
Pero mentía

jueves, 27 de enero de 2011

La cultura no es un derecho

Que no, que no, que la cultura no es un derecho.

Yo tengo derecho a la propiedad y a la libertad, y a decir lo que quiera en clase o fuera de ella.

No tengo derecho a tener cultura, tendré que ocupar mi tiempo en adquirirla, si me da la gana, claro. Si en vez de ver la tele, de jugar al fútbol y estar por ahí viéndolas venir un señor, o una señora, deciden abrir un libro pues bien para ellos, pero no ejercen un derecho, sino que usan su libertad y cumplen más con su deber que aquellos que tiran su tiempo.

No hay que confundir el derecho a la educación de los niños. Que es un derecho porque no pueden elegir por sí mismos, y si les dejamos sin escuela les cerramos la puerta a ejercer muchos otros derechos, decidimos por ellos lo mejor. Pero ya talluditos no tienen derecho a la educación, tienen el deber de educarse, los niñitos que se adulteran (es decir, que se hacen adultos) y los adultos.

Estoy un tanto cansado de oir hablar del "derecho a la cultura", de "la importancia de los creadores", de "salvar la cultura española", etc. a personas que jamás abrieron un libro.

En España, y en el resto de Europa, para publicar un tratado de historia, filosofía o arte, por ejemplo, un tratado serio, riguroso y trabajado, por ejemplo, hay que pagar a la editorial.

Y llaman promoción cultural a vivir toda la vida de una pelicula de cine que no va nadie a ver. Y no la van a ver porque es pésima, rastrera, ideológica, hortera, ñoña y chapucera.

Para salvar la cultura hay que cerrar el Ministerio de Cultura, la SGAE, las Fundaciones y chiringuitos de afines, la televisión pública, y poner un impuesto especial a la compra de televisiones. Y con el dinero que nos ahorramos podríamos pagar una educación de verdad.

martes, 25 de enero de 2011

Cara dura

“Los productos culturales no tienen por qué ser gratuitos mientras no lo
sean también los alimentos y la vivienda, por ejemplo. Yo, como autor de
historias
, no tendría ningún reparo en regalarlas, si al tiempo me regalaran a
mí alas de pollo, cogotes de merluza, calzoncillos y desodorantes. Mientras no
sea así, que no me entere de dónde ha aparcado el coche un ladrón de películas a
través de Internet; porque, al estar en la calle, está tan a mi disposición como
en Internet y me lo bajo”, dice José Luis Cuerda

José Luis Cuerda es, para quien lo le conozca, un funcionario en RTVE desde hace 40 años.

Compagina su trabajo fijo en RTVE con producir (es decir, ser empresario) películas subvencionadas por... RTVE y por el Ministerio de Cultura.

Su sistema de vida es sencillo:
Hace películas que pagamos todos, si hay beneficios (cosa rara) los recoge él.
Y encima nos llama ladrones.

Pero sólo resaltar la falacia:

- Sólo podemos vender, comprar, regalar o compartir productos o servicios, no ideas, historias, cuentos o sonidos
- "Pollo", "merluza", "coche" no tienen el mismo rango que "historias", "canciones", "ideas"
- Se puede robar un pollo, pero no la idea de pil-pil de Arguiñano.
- Puede ud. comprar un coche, pero no debe pagarle al que inventó la ventanilla-eléctrica-sube-baja cada vez que la accione. Tampoco debe pagar por tener manos, por si acaso se le ocurre robar algo, ni por pasar por un puente debe pagar un cánon al arquitecto.

No es un derecho el vivir del cuento, ni de las historias, que viene a ser lo mismo.