1. Edad Media
La Edad media no es un periodo histórico, es una actitud de vida. Por ello los historiadores no pueden acotar con fechas claras y precisas el inicio y el final. Por decirlo de un modo más práctico durante el mismo siglo podían convivir espíritus medievales con romanos al principio o con modernos al final.
Si buscamos unas fechas son ya clásicas estas: desde la ruina del Imperio Romano de Occidente (476) hasta la caída de Constantinopla (1453), aunque también pueden citarse como inicio el el fin de la persecución a los cristianos (Edicto de Galerio, 311), Concilio de Nicea (325), la unidad del Imperio cristiano (380) y el de Trento, la liberación de Granada (1492) o el inicio de la Reforma protestante (1517), o la publicación de De Revolutionibus, de Copérnico (1543), etc.
Los caracteres del espíritu medieval son:
- Teocentrismo: Dios es el centro de la vida, en centro de la política, del pensamiento recto y de la filosofía, todo se enfoca a Dios, que es la primera realidad.
- Ecologismo: la vida medieval está muy ligada a la naturaleza y al papel del hombre en la misma, Dios es el centro, pero la naturaleza es el ámbito donde se desarrolla la cristiandad. Si la vida romana era plenamente urbana, la vida medieval será de aldea.
- Jerarquía: muy relacionada esta idea con el ecologismo medieval, pues entienden que todo en la naturaleza está jerarquizado, como de hecho lo está; el equilibrio natural y la búsqueda de regularidades cíclicas será el principal paradigma de la ciencia de este periodo. La sociedad debe copiar el orden natural, que fue creado por Dios y reproducir las escalas de la naturaleza en sus estructuras sociales.
- Credo ut intelligam será el lema: creer para saber. No querer contra el saber, ni creer y nada más, sino creer para poder conocer todo lo demás (el debate es intenso entre los que defienden que la fe basta (Tertuliano), la sancta simplecitas; los que afirman que fe y razón son elementos complementarios y, por último, los que piensan que pertenecen a dominios diferentes).
- La edad media da mucha importancia a la libertad de conciencia, el cristiano no debe hacer nada contra su conciencia, incluso aunque esto suponga desobedecer al superior (aceptando el castigo) o, incluso, excomulgarse (aceptar el castigo eterno) antes que actuar en contra de la propia conciencia.
- Es culminación. Los medievales entendían el periodo clásico como una preparación para el cristianismo: “La filosofía era necesaria para los griegos para su justificación, pero ahora es útil para la piedad, siendo una especie de formación preparatoria” (San Clemente de Alejandría, “Stromata”, Lib I, Cap. V.
En cuanto al mundo cultural:
Alejandría es el centro: pero el centro de pensamiento hebreo y clásico.
El mundo filosófico no cristiano estaba dominado por el estoicismo (corriente ética liderada por Séneca, Epicteto y Marco Aurelio) que propugnaba la rectitud de costumbres en un tiempo de crisis de valores generalizada, así como la sobrevaloración de la razón.
Por otro lado existen infinidad de sectas gnósticas, que plantean que el conocimiento tiene efectos salvíficos, pero basan su ciencia en intuiciones místicas e intuiciones, más que en la razón. El gnosticismo es dualista y condena a la materia, cree en un Dios incognoscible y alejado del mundo de la materia y en entidades intermedias que hacen de puente entre Dios y el hombre y en el ascenso del alma hacia lo superior por medio de la purificación. Todas las religiones se ven influenciadas por el gnosticismo.
La filosofía neoplatónica, ligada y confundida con el gnosticismo, que descubre la identificación de lo Uno pitagórico con el Bien platónico y el método de acceso a esto es similar al del gnosticismo.
En definitiva, lo que ocurre en el inicio de la edad media en el entorno cultural no es otra cosa que la reacción contra el mundo sin sentido que había creado Roma y su degeneración: estoicos, gnósticos y neoplatónicos buscarán sentido en un mundo de caos moral.
En el lado cristiano tres etapas:
1. A partir del siglo II, ante el desfondamiento de Roma, surge el cristianismo perseguido. Aparecen las “apologías”, que son libros en defensa del cristianismo; la clave es la reivindicación del cristianismo como filosofía. Los apologéticos son, entre otros, Justino, Tertuliano o Lactancia.
2. Más adelante surgirá la patrística, cuando el Imperio ha caído del todo y la cultura es rescatada por los cristianos como un bien a conservar. Como un movimiento trabaja por formar un corpus doctrinal riguroso. Los Padres de la Iglesia son: Clemente de Alejandría, San Ambrosio, San Agustín, Boecio, Beda el Venerable, etc.
3. Escolástica, siglos IX a XIV: se fundan las escuelas monacales y catedralicias para defender la doctrina cristiana: la razón se subordina a la fe, pero se produce un avance en todas las ciencias. Sobre el año 1000 se forman las universidades, hay un ambiente de discusión intelectual basada en textos clásicos: método de la disputatio, que trae un desarrollo de la dialéctica y la retórica.
Se rescata a Aristóteles, es la época de Tomás de Aquino.
Las diferencias entre la tradición helenística y la revelación cristiana son múltimple, pero podríamos resumirlas en el siguiente cuadro:
HELENISMO CRISTIANISMO
Concepción circular del tiempo Linealidad del tiempo
Politeísmo popular (no filosófico) Monoteísmo total
Ritos y símbolos externos Interiorización del rito. Arrepentimiento.
Dioses ajenos al hombre Dios encarnado, Dios Omnipresente
Se llega a la verdad por medio de la Razón, o no se puede llegar Se llega a la verdad por medio de la razón y la Fe.
2. San Agustín ( 354-430)
San Agustín representa un punto de inflexión identifica la verdad con Dios (idea neoplatónica) y, efectivamente verá en la filosofía una buena herramienta para encontrar a Dios.
2.1. Confesiones:
Biografía espiritual:
1) Búsqueda de la verdad al darse cuenta de que había vivido engañado: depuración de la verdad [es antecedente de la duda de Descartes y la Crítica de Kant].
2) Encuentro con la Dios a través de la lectura de las Sagradas Escrituras.
3) Trabajo filosófico de compaginar el neoplatonismo con el Cristianismo.
3. Teoría del conocimiento
Dios existe. Dios es el causante de la inteligencia humana. De Dios emana todo: los trascendentales del ser, que los puede percibir el hombre porque tienen el mismo origen: Dios. Los trascendentales (Unum, Verum, Bonum, Pulchrum) son detectados por el hombre y no por nadie más porque el hombre es hijo de Dios.
A través del mundo descubrimos a Dios, en toda su realidad: camino platónico, igual que el eros platónico hacía llegar al ser absoluto, al Bonum, al Bien; en San Agustin la contemplación de lo particular nos lleva a Dios, al Uno.
A Dios se le conoce directamente (cristianismo), pero también la razón puede ponernos a las puertas (platonismo): es un conocimiento muy parecido al amor, que la razón nos puede indicar, de algún modo cuál es el objeto amable o reprochable, pero hay veces que el amor supera a la razón y se ama sin razones; en este caso diríamos que el amor es superior a la razón pero esto no quiere decir que sea opuesto.
Dos tipos de conocimiento:
1. Razón inferior: Primero los sentidos, no dice, como Platón, que el mundo no existe, que no tiene entidad, la tiene, pero como creación de Dios, que es la realidad. El mundo es un camino hacia Dios: a través de los sentidos nos formamos una imagen interior del mundo. Después la memoria actúa, equiparando las experiencias vividas con las previas. En un tercer momento aparece el entendimiento que elabora las ideas de las cosas. Estas imágenes coinciden con los arquetipos que guarda Dios de las cosas, tiene un carácter universal. Así es como conocemos por medio de la ciencia y del lenguaje.
2. Razón Superior: Pero si el alma se vuelve sobre sí misma (la verdad está en ti) usamos la razón superior y podemos contemplar las ideas que han sido puestas en nuestro interior. Estas ideas son los prototipos de objetos y constituyen la esencia del alma humana. Este conocimiento contemplativo es que el nos lleva a la felicidad. La inteligencia es esto: intus legere, ller dentro de nosotros, pero nuestro mundo estaría oscuro, como el de los animales si no nos iluminase la luz de Dios. Al igual que tenemos un Sol para ver el mundo físico tenemos a Dios para ver el espiritual. In te redi. Lee en ti.
4. Antropología
De la misma forma que el hombre necesita a Dios para el conocimiento, también lo necesita en su obrar. El hombre es un compuesto de alma y cuerpo, el alma, igual que en Platón, es inmortal, pero a diferencia de este, no es su cárcel sino que tiene como misión dirigir al cuerpo.
Dios ha dotado al hombre de libre albedrío, es decir de capacidad para elegir entre el bien y el mal, y esto lo ha hecho por amor, por respetar nuestra naturaleza.
[Cuando queremos no queremos que la persona querida haga lo que nosotros queremos sin ella querer, queremos que quiera lo que nosotros queremos].
El problema es que el hombre tiene una naturaleza defectuosa, por el pecado original, y se dirige hacia el mal, teniendo su origen y fin en el Bien. Al contrario que los animales al principio de los tiempos Dios le concedió al ser humano una voluntad indeterminada que le permitió elegir entre el bien o el mal. El primer hombre que pudo elegir fue Adán, y escogió el mal. Por lo tanto, siguiendo la tesis traduccionista, sabemos que su alma la hemos heredado todos, por lo que estamos condenados a no poder “no pecar”: tenemos una voluntad mutilada.
La libertad: es el segundo don (gracia) que Dios concede a algunos hombres tras haber desaprovechado el primero. Los hombres son influenciados por Dios para que escojan el Bien, a pesar de que ellos piensen que es su propia voluntad la que les permite elegir.
En ese sentido San Agustín se manifiesta contra las desviaciones de su tiempo:
a) Orígenes para el cual la salvación no depende del hombre ya que Dios distribuye su gracia arbitrariamente.
b) Pelagianismo, corriente herética del tiempo que mantenía que no existía influencia del pecado original y el hombre actúa con plena libertad.
2 tipos de mal:
1. Mal Físico, causado por factores naturales. Es la ausencia de bien.
2. Mal Moral, causado por las decisiones de los hombres. Se debe a que los hombres abusan del don del libre albedrío, y eligen mal.
5. Política
Este tema lo trata en su obra “La ciudad de Dios”. La aventura histórica del hombre está entre dos ciudades: “La ciudad de Dios” y “La ciudad Terrena”:
a) La ciudad de Dios pertenece a los que viven en comunidad, aman a Dios por encima de todo y tienen como recompensa esa comunidad de manera eterna (la eternidad es la sucesión de todo a la vez y de manera perfecta)
b) La ciudad Terrena, en ella viven quienes imponen sus intereses egoístas por encima de Dios, parece que son premiados en esta vida, pero es sólo apariencia.
[Boceto 2011]
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