martes, 3 de diciembre de 2013

Los trapos sucios



Un consejo de refranero, es decir, sanchopancesco, un consejo popular: "los trapos sucios se lavan en casa". Bien, vale, querido Sancho, en casa. Pero ¿y si de lo que se trata es de un asunto público, de una entidad pública, de un grupo que tiene una proyección y una responsabilidad públicas?, entonces los trapos sucios deben airearse, porque si no se hace todo se pudre y no hay quien permanezca "en casa". Además debe hacerse rápido y de manera constante para no colaborar con el mal, ayudando a que prolifere y a que el mal conviva (en concubinato) con el bien.

Hace tiempo publiqué esta entrada en el blog sobre El Sepulcro de Don Quijote, un texto de don Miguel, en el que nos daba toda una lección de ética que he pretendido, y pretendo, seguir en mi vida y que espero que me siga dando grandes disgustos en el futuro.

Aquí les copio un fragmentillo sublime:


¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente?, gritarle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba?, gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!

¿Es que con eso —me dice uno a quien tú conoces y que ansía ser cruzado—, es que con eso se borra la mentira, ni el ladronicio, ni la tontería del mundo? ¿Quién ha dicho que no? La más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón porque otros seguirán robando, que nada se adelanta con decirle en su cara majadero al majadero, porque no por eso la majadería disminuiría en el mundo. 
Sí, hay que repetirlo una y mil veces: con que una vez, una sola vez, acabases del todo y para siempre con un solo embustero habríase acabado el embuste de una vez para siempre. 
¡En marcha, pues! Y echa del sagrado escuadrón a todos los que empiecen a estudiar el paso...
Realmente no es una forma muy rentable de vivir, porque el que roba, cuando le llamas ladrón, no te da ni el 3% de lo robado. Si tu jefe es un mentiroso, y se lo dices, ya no te da cargo alguno y no podrás ser ni concejal; y el empleado traidor al que le comentas que su comportamiento es desleal, se armará de razones y te hará la vida imposible para justificar su conducta. 

Es la vida. Estamos en una época en la que todos se tapan las vergüenzas y a nadie se le permite afear la conducta del otro. Una época en la que se pretende que lo inmoral esté el mismo nivel que lo moral, y en la que se encuentran razones para cualquier mentira, deslealtad o traición. Uno de los males de este mundo-que-nos-ha-tocado-vivir es precisamente que nos callamos cuando debemos hablar y hablamos demasiado cuando debemos permanecer callados. 

Y la excusa, la maldita excusa que se esgrime para no airear a los cuatro vientos que tal persona, tal directiva, tal grupo es corrupto, mentiroso o negligente es -precisamente- que haces con ello daño a la institución que representan ¿pero no se hace más daño al dejar que permanezcan sin ser señalados el ladrón, el mentiroso o el negligente? ¿No es el mal que padecemos por todos los partidos, sindicatos e instituciones del Estado? Porque no nos quepa duda de que la corrupción empezará a eliminarse el día en el que al encender La Tele veamos a un político, sindicalista, juez o rey denunciando públicamente a un compañero, a toda una trama de su partido o sindicato o a su propia hija. 

Así que si quiere usted mantener limpia su casa, saque los trapos sucios a la calle y evite que se llene su casa de corrupción. A no ser que entienda que es bueno tapar para no hacer daño, pero entonces, exija su parte.

Así que... consejo gratis de vuelta: los trapos sucios caseros, en casa. Pero las inmoralidades de los dirigentes públicos se deben dirimir públicamente.

4 comentarios:

  1. Y un comentario tomado de otro blog con el que estoy más de acuerdo...:
    "Primero, si tu hermano peca, ve. No hables. No hagas chisme de ello con otras personas. Simplemente ve y díselo.
    En segundo lugar, si tu hermano peca, ve y muéstrale su falta. No te limites a afirmar que está equivocado; muéstrale lo que está mal desde la Biblia, que es nuestra única autoridad.
    Y por último, si tu hermano peca, ve y muéstrale su falta en privado. Si el pecado es público, vete y díselo a él en privado, y si él está de acuerdo en que se había equivocado, instale a arrepentirse del pecado públicamente...."

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  2. Perfecto, perfecto, impecable la argumentación bíblica, voy a ir corriendo a decirle, en privado, al Mezquino que su obrar es contrario a la razón, y a los evangelios, y el Mezquino me mirará y -en vez de encolerizarse y usar todo su poder contra mi- dirá: "¡es cierto! ¡Soy un pecador!" Y entonces deja de hacer el mal y enmendará sus errores. ¡Cómo no había caído!

    Pero si no le veo o no quiero hablarle "fraternamente", lo que crees que debo hacer es callar y dejarle en el poder, permitirle engañar a la gente y decir en público que lo que parece que hace mal en realidad es bien disfrazado, y deberé justificar mientras tanto todas las injusticias y tropelías. Todo para no hacer daño a "la casa". (¿no te recuerda esto a ciertos problemas que ha tenido la Iglesia americana? En privado, que todo quede en casa, que no se sepa... y mientras muchos niños sufriendo) La caridad primera es con los que sufren la persecución y el mal, no con los que lo cometen, aunque estos sean poderosos.

    A mi me parece una inmoralidad defender el mal, y además estas amonestaciones paulinas, las "correcciones fraternas", sólo sirven si realmente hay voluntad de verdad y de bien, pero ¿Crees de verdad que todo el mundo entiende las cosas claras? ¿No crees que hay irracionalidades en el ser humano? ¿No crees que el vicio pervierte la visión? ¿No crees que a veces tomamos decisiones incoherentes con la vida y luego las justificamos de cualquier manera? Porque yo he visto con mis propios ojos, y no hace mucho, a una mujer muy buena negando las evidencias, negando el pasado, negando la realidad, y todo para justificar una infidelidad, una deslealtad. ¿Crees que en un caso así la corrección tendría sentido?

    Lo que está claro es que si la ofensa se me hace a mi solo tengo obligación de callar, y lo hago, poniendo además los medios para que no vuelva a suceder, pero si el daño es público tengo que denunciarlo públicamente.

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  3. El Papa: Cristianos pecadores sí, corruptos no

    VATICANO, 11 Nov. 13 / 10:31 am (ACI/EWTN Noticias).- El que no se arrepiente y "simula ser cristiano" hace mucho mal a la Iglesia, afirmó el Papa Francisco en la Misa de esta mañana celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. Dijo que todos debemos reconocernos "pecadores", pero debemos estar atentos a no convertirnos en "corruptos". Quien es benefactor de la Iglesia pero roba al Estado, añadió Francisco, es "un injusto" que conduce una "doble vida".

    Jesús "no se cansa de perdonar y nos aconseja" que hagamos lo mismo. El Papa se detuvo en su homilía sobre la exhortación del Señor a perdonar al hermano arrepentido, del que habla el Evangelio. Cuando Jesús pide que se perdone siete veces al día, observó el Pontífice, "hace un retrato de sí mismo".

    Jesús, prosiguió, "perdona" pero en este pasaje evangélico también dice: "Atención a quien causa escándalos". No habla de pecado, sino de escándalo, que es otra cosa. Y añade que "es mejor para él que se le ponga una piedra de molino al cuello y se lo arroje al mar, antes de que escandalice a uno de estos pequeños". De ahí que el Papa se preguntara qué diferencia hay entre "pecar y escandalizar":

    "La diferencia es que quien peca y se arrepiente, pide perdón, se siente débil, se siente hijo de Dios, se humilla, y pide precisamente la salvación de Jesús. Pero de aquel otro que escandaliza, ¿qué cosa escandaliza? Que no se arrepiente. Sigue pecando, pero finge ser cristiano: la doble vida. Y la doble vida de un cristiano hace mucho mal, mucho mal. ‘¡Pero, yo soy un benefactor de la Iglesia! Meto la mano en el bolsillo y doy a la Iglesia. Pero con la otra mano, roba: al Estado, a los pobres… roba. Es un injusto. Ésta es doble vida. Y esto merece –lo dice Jesús, no lo digo yo– que le pongan en el cuello una muela de molino y sea arrojado al mar. No habla de perdón, aquí".
    (...)
    http://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-cristianos-pecadores-si-corruptos-no-96421/#.UqYgSNLuLE0

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  4. (...)

    Esto, subrayó el Pontífice, porque "esta persona engaña", y "donde está el engaño, no está el Espíritu de Dios. Ésta es la diferencia entre pecador y corrupto". Quien "conduce una doble vida – dijo – es un corrupto". Diverso es quien "peca y quisiera no pecar, pero es débil" y "va a lo del Señor" y pide perdón: "¡a ese el Señor lo quiere! Lo acompaña, y está con él":

    "Y nosotros debemos decirnos pecadores, sí, ¡todos, aquí, todos lo somos. Corruptos, no. El corrupto está fijo en un estado de suficiencia, no sabe qué cosa es la humildad. Jesús, a estos corruptos, les decía: ‘La belleza de ser sepulcros blanqueados, que parecen bellos, por afuera, pero dentro están llenos de huesos muertos y de putrefacción. Y un cristiano que se vanagloria de ser cristiano, pero que no hace vida de cristiano, es uno de estos corruptos. Todos conocemos a alguien que está en esta situación, ¡y cuánto mal hacen a la Iglesia! Cristianos corruptos, sacerdotes corruptos… ¡Cuánto mal hace a la Iglesia! Porque no viven en el espíritu del Evangelio, sino en el espíritu de la mundanidad".

    El Santo Padre recordó que San Pablo lo dice claramente en su Carta a los cristianos de Roma: "No se uniformen a este mundo". Es más, precisó, el "texto original es más fuerte" porque afirma que no hay que "entrar en los esquemas de este mundo, en los parámetros de este mundo". Esquemas, reafirmó, que "son esta mundanidad que te lleva a la doble vida".

    "Una podredumbre barnizada: ésta es la vida del corrupto. Y Jesús no les decía sencillamente 'pecadores' a estos, les decía: 'hipócritas'. Y qué bello, aquel otro, ¿no? ‘Si cometiera una culpa siete veces al día contra ti y siete veces viniera a ti diciendo: ‘Estoy arrepentido, soy pecador’, tù lo perdonarás’. Es lo que Él hace con los pecadores. Él no se cansa de perdonar, sólo con la condición de no querer hacer esta doble vida, de ir a Él arrepentidos: ‘¡Perdóname, Señor, soy pecador!’. ‘Pero, vas adelante, vas adelante: yo lo sé’".

    Para concluir el Papa dijo que "así es el Señor. Pidamos hoy la gracia al Espíritu Santo que huye de todo engaño, pidamos la gracia de reconocernos pecadores: somos pecadores. Pecadores, sí. Corruptos, no".

    http://www.aciprensa.com/noticias/el-papa-cristianos-pecadores-si-corruptos-no-96421/#.UqYgSNLuLE0

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