lunes, 31 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
La cultura no es un derecho
Que no, que no, que la cultura no es un derecho.
Yo tengo derecho a la propiedad y a la libertad, y a decir lo que quiera en clase o fuera de ella.
No tengo derecho a tener cultura, tendré que ocupar mi tiempo en adquirirla, si me da la gana, claro. Si en vez de ver la tele, de jugar al fútbol y estar por ahí viéndolas venir un señor, o una señora, deciden abrir un libro pues bien para ellos, pero no ejercen un derecho, sino que usan su libertad y cumplen más con su deber que aquellos que tiran su tiempo.
No hay que confundir el derecho a la educación de los niños. Que es un derecho porque no pueden elegir por sí mismos, y si les dejamos sin escuela les cerramos la puerta a ejercer muchos otros derechos, decidimos por ellos lo mejor. Pero ya talluditos no tienen derecho a la educación, tienen el deber de educarse, los niñitos que se adulteran (es decir, que se hacen adultos) y los adultos.
Estoy un tanto cansado de oir hablar del "derecho a la cultura", de "la importancia de los creadores", de "salvar la cultura española", etc. a personas que jamás abrieron un libro.
En España, y en el resto de Europa, para publicar un tratado de historia, filosofía o arte, por ejemplo, un tratado serio, riguroso y trabajado, por ejemplo, hay que pagar a la editorial.
Y llaman promoción cultural a vivir toda la vida de una pelicula de cine que no va nadie a ver. Y no la van a ver porque es pésima, rastrera, ideológica, hortera, ñoña y chapucera.
Para salvar la cultura hay que cerrar el Ministerio de Cultura, la SGAE, las Fundaciones y chiringuitos de afines, la televisión pública, y poner un impuesto especial a la compra de televisiones. Y con el dinero que nos ahorramos podríamos pagar una educación de verdad.
Yo tengo derecho a la propiedad y a la libertad, y a decir lo que quiera en clase o fuera de ella.
No tengo derecho a tener cultura, tendré que ocupar mi tiempo en adquirirla, si me da la gana, claro. Si en vez de ver la tele, de jugar al fútbol y estar por ahí viéndolas venir un señor, o una señora, deciden abrir un libro pues bien para ellos, pero no ejercen un derecho, sino que usan su libertad y cumplen más con su deber que aquellos que tiran su tiempo.
No hay que confundir el derecho a la educación de los niños. Que es un derecho porque no pueden elegir por sí mismos, y si les dejamos sin escuela les cerramos la puerta a ejercer muchos otros derechos, decidimos por ellos lo mejor. Pero ya talluditos no tienen derecho a la educación, tienen el deber de educarse, los niñitos que se adulteran (es decir, que se hacen adultos) y los adultos.
Estoy un tanto cansado de oir hablar del "derecho a la cultura", de "la importancia de los creadores", de "salvar la cultura española", etc. a personas que jamás abrieron un libro.
En España, y en el resto de Europa, para publicar un tratado de historia, filosofía o arte, por ejemplo, un tratado serio, riguroso y trabajado, por ejemplo, hay que pagar a la editorial.
Y llaman promoción cultural a vivir toda la vida de una pelicula de cine que no va nadie a ver. Y no la van a ver porque es pésima, rastrera, ideológica, hortera, ñoña y chapucera.
Para salvar la cultura hay que cerrar el Ministerio de Cultura, la SGAE, las Fundaciones y chiringuitos de afines, la televisión pública, y poner un impuesto especial a la compra de televisiones. Y con el dinero que nos ahorramos podríamos pagar una educación de verdad.
martes, 25 de enero de 2011
Cara dura
“Los productos culturales no tienen por qué ser gratuitos mientras no lo
sean también los alimentos y la vivienda, por ejemplo. Yo, como autor de
historias, no tendría ningún reparo en regalarlas, si al tiempo me regalaran a
mí alas de pollo, cogotes de merluza, calzoncillos y desodorantes. Mientras no
sea así, que no me entere de dónde ha aparcado el coche un ladrón de películas a
través de Internet; porque, al estar en la calle, está tan a mi disposición como
en Internet y me lo bajo”, dice José Luis Cuerda
José Luis Cuerda es, para quien lo le conozca, un funcionario en RTVE desde hace 40 años.
Compagina su trabajo fijo en RTVE con producir (es decir, ser empresario) películas subvencionadas por... RTVE y por el Ministerio de Cultura.
Su sistema de vida es sencillo:
Hace películas que pagamos todos, si hay beneficios (cosa rara) los recoge él.
Y encima nos llama ladrones.
Pero sólo resaltar la falacia:
- Sólo podemos vender, comprar, regalar o compartir productos o servicios, no ideas, historias, cuentos o sonidos
- "Pollo", "merluza", "coche" no tienen el mismo rango que "historias", "canciones", "ideas"
- Se puede robar un pollo, pero no la idea de pil-pil de Arguiñano.
- Puede ud. comprar un coche, pero no debe pagarle al que inventó la ventanilla-eléctrica-sube-baja cada vez que la accione. Tampoco debe pagar por tener manos, por si acaso se le ocurre robar algo, ni por pasar por un puente debe pagar un cánon al arquitecto.
No es un derecho el vivir del cuento, ni de las historias, que viene a ser lo mismo.
martes, 4 de enero de 2011
Álvarex Cascos
No se entienda como moralina sino como constatación de un hecho moral.
Hace tiempo discutíamos si Clinton o Cascos, por ejemplo, al engañar a sus respectivas debían abandonar sus cargos públicos, pues el que no es de fiar en lo mucho (su familia) no lo puede ser en lo poco (la política).
Había quien decía que una cosa no quita la otra, que se puede ser un auténtico desgraciado en un ambiente y en otro un santón.
Y constato el hecho: el ex-marido, ex-ministro, ex-militante del pp, Ex-mo. Sr. Álvarez Cascos me da la razón.
Veremos qué hace Gallardón.
Es cuestión de tiempo.
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