Hacer un comentario de texto no consiste en seguir las
pautas de la PAU y soltar un rollo largo de contexto, ideas principales,
secundarias y esas cosas a las que someten a los estudiantes de Bachillerato.
El comentario de texto estándar, creado en serie para aprobar un examen no
sirve para nada, al menos no sirve para analizar el texto.
Un comentario de texto tiene un solo objetivo: dar cuenta del texto, es decir,
comprender y saber expresar por qué ese texto que tienes delante es significativo,
importante para la cultura occidental o universal (que casi es lo mismo),
básico, prometedor, significativo, sugestivo, etc.
Un texto es un fragmento de una vida de un autor, de una
obra, de un contexto histórico, de una tradición determinada y lo primero que
hay que hacer, si fuese el caso, es explicar ese contexto, esa vida, esa obra o
esa tradición. En ocasiones no importa nada el contexto y el texto vale por sí
mismo: aunque fuese anónimo tendría valor por lo que dice y no por cuándo fue
dicho. Por eso es artificioso y totalmente fuera de lugar plantear que lo
primero que hay que hacer en un comentario de texto es soltar un tema de
contextualización y hablar del autor y su biografía. No. Se trata de aclarar el
texto, no de usarlo como pre-texto para demostrar la capacidad de memorizar y
volcar contenidos a corto plazo.
Digamos que el autor, la vida y el contexto histórico son
importantes solo si son importantes,
y es por eso que lo primero que hay que hacer es leer el texto y comprenderlo
perfectamente para saber si estas cosas importan. Este ejercicio (la lectura
atenta) es muy importante en un tiempo en el que los textos se leen siempre rápidamente,
transversalmente, sin comprender del todo. La digitalización, el exceso de información y
la aceleración de la vida hacen que este ejercicio de leer un texto
comprendiéndolo plenamente sea más difícil hoy que hace unos pocos años, pero
hay que hacerlo.
Así que la lo primero es leer pausada y atentamente, con un
lápiz en la mano y con el propósito de comprender el texto y sus matices. Como
técnica es adecuado subrayar, hacer círculos, dibujos, colocar flechas internas
y externas: una lectura adecuada debe relacionar el texto tanto interna como
externamente, esto quiere decir que para contextualizar correctamente un
fragmento hay que leer la obra entera y algunas otras obras del autor, así como
saber de su tiempo y su vida, por ejemplo, si yo leo en el Discurso del Método,
de Descartes:
"El primero era nunca aceptar como verdadera ninguna
cosa que no conociese con evidencia que lo era"
Tengo una primera palabra: “primero”, que hace referencia a
una serie de pasos para alcanzar algo (el conocimiento verdadero), podría
enumerar el resto, los cuatro siguientes, pero hay algo más importante: que no
se dan una serie de pasos para algo si ese algo que queremos conseguir se puede
lograr directamente, por lo que debemos entender que el conocimiento es un
problema, que hay distintos tipos de conocimiento y que aquí Descartes se
refiere a uno que no se alcanza de repente, sino de forma metódica.
Aquí sí está el contexto, Descartes –como sabéis- es el punto
de inflexión hacia la filosofía moderna, y se encuentra con la necesidad de
buscar luz entre los textos científicos de su época, que alejados de la
realidad debatían sobre ideas y teorías que se habían despegado, más de lo
necesario, de lo real y por lo tanto de la verdad como adecuación. Quizá la
vida de Descartes sea interesante para comprender esta palabra, primero. Porque había viajado por el
mundo y le había entrado un principio de enfermedad filosófica grave: el
relativismo. Con este método pretendía curarse e inmunizar a la sociedad de su
época.
Como veis, la palabra primero
dice mucho más de lo que habíais imaginado…, puesta aquí indica eso, un método
para alcanzar un conocimiento depurado, verdadero. Después tenemos otra idea: “no
aceptar como verdadera” Significa que la costumbre, la vaguería intelectual, el
miedo o los prejuicios, nos llevan a veces a aceptar por verdadero lo falso. Si
uno lee el periódico se dará cuenta de que buena parte del mismo es una mentira
disfrazada, muchos intereses ocultos y patentes están en un periódico, por lo
que debemos leer sabiendo que lo que leemos es una visión de una realidad que
no conocemos, debemos intentar buscar esa verdad que está detrás de la interpretación
del periodista.
En el texto de Descartes se dice que es la evidencia lo que
importa, es decir, que no podemos dar por buena una noticia, una teoría, una
palabra que no sea evidente a nuestro entendimiento o a nuestros sentidos como
principio del conocimiento.
Una vez leído y comprendido iremos ya a escribir el
comentario:
1.
Presentación
del texto: unas breves palabras del mismo en todo caso, centrado en tiempo
y autor, unas breves palabras del autor. A veces si la época es importante o si
el autor lo es mucho o es poco conocido sí se debe hacer una exposición del
autor o de la época.
2.
Decir lo
que dice el texto, es decir, intentar ser lo más objetivo posible, primero
solo lo que dice. V.g. “Descartes enuncia la primera regla de su método que
consiste en no dar por válido ningún conocimiento que no sea evidente”.
3.
Decir lo
que no dice el texto, y aquí todas las posibles relaciones del texto, cada
palabra, cada idea, está relacionada con otras ideas que conocemos o que nos
sugieren. Aquí, en el texto de ejemplo hay que hablar de tipos de conocimiento,
de la importancia de los sentidos, de la escolástica y el Renacimiento, de los
viajes de Descartes, del concepto de verdad, de la filosofía y de todo lo que
nos venga a la mente (o a una búsqueda en Internet (qué se le va a hacer).
4.
Concluir,
sintetizar, y reivindicar el texto. En este apartado demostramos que lo hemos
comprendido, reducimos todo el conocimiento adquirido por la lectura en unas
pocas líneas que aportan significado.
Este último apartado es lo que se llama crítica, que a veces
se malinterpreta por algunos profesores-funcionarios como criticar, en el
sentido de buscar los defectos a la vecina. No, a Descartes no se le critica. A
veces incluso hay quien dice que en este apartado hay que poner la opinión que
merece el texto al alumno. No. Ni criticar ni opinión personal. La opinión que
un neófito tenga de Descartes, por ejemplo, es del todo irrelevante, no aporta
conocimiento. La única opinión es la que relaciona el texto con otros textos
del autor o con la tradición filosófica anterior y posterior. En este apartado
lo que hay que destacar es qué relevancia tiene el texto para el mundo, qué importancia
tiene, por qué está ahí.
Como veis es simple: un comentario es presentar un texto,
decir lo que dice y lo que no dice y aportar una visión que aporte realmente conocimiento.