Parece que últimamente el deporte nacional es meterse con Podemos. Parece que es Pablo Iglesias el peor de los enemigos de la patria, de la Iglesia y de los ahorros del ciudadano medio. Vemos todos los días a la nueva estrella mediática: Pablo iglesias borracho, Pablo iglesias defendiendo a Chávez, Pablo Iglesias cantando la internacional, Pablo Iglesias afirmando su estado totalitario, etc. Ya cansa.
Demasiada atención a esta súpernova y poca atención a lo que verdaderamente pasa. Los verdaderos enemigos de España, de la cordura y, por lo tanto, de los valores permanentes y de la regeneración de la cosa pública son los que gobiernan, es decir, los que tienen y han tenido en sus manos el destino de España, desde hace 39 años, es decir, el PP y el PSOE.
Podemos es un síntoma de decadencia, existe porque estamos en una época de crisis similar, muy similar, a la que se vivió en España entre 1931 y 1939. En aquél tiempo también le salieron al Estado español síntomas de su enfermedad, con un resultado lamentable: una guerra fraticida, un millón de muertos. Y todo para volver a caer en otra crisis.
La crisis es el tiempo sin ideales. El tiempo de la falta de norte, de la falta de coherencia de la realidad política o personal. Está en crisis el adolescente que no se encuentra a sí mismo o el cuarentón que se apercibe de que el rumbo que ha tomado su vida, pese a ser correcto, es absurdo o no sacia sus expectativas vitales. Está en crisis también un grupo humano que pierde su idea fundacional, y que solo se mueve por intereses y por soberbia.
De las crisis, de todas, se sale de tres posibles maneras: deprimiéndose y/o suicidándose, dando una patada grande a todo lo que causa la crisis y salirse de madre, salirse del mundo rompiéndolo todo o reilusionándose con lo que un día hizo vivir.
La primera postura es la burguesa, la que adoptó gran parte de la CEDA, de la Iglesia y de los propietarios: "dejemos que España languidezca, ya habrá tiempos mejores", se decían. Y hacían tertulias y actos, congresos, mítines y juegos florales donde competían en ingenio, conocimiento y gracia. Es cierto que intentaron tímidamente reaccionar, pero ya era tarde.
La segunda, la de la patada, es la postura del rupturismo del Frente Popular, (era un tiempo en el que los partidos principales eran distintos y el PSOE no era lo mismo que el PP). Una postura ante la crisis que consistía en dar la vuelta a todo, hacer de España un país ateo y sin historia, sin clases y sin españoles. Un país de rusos. Y para ellos había que eliminar sistemáticamente a toda oposición. Es decir, había que ejercer un cierto grado de violencia para lograr que "el pueblo" fuese el protagonista de la Historia: devolver los bienes de producción al pueblo, acabar con las discriminaciones, acabar con el capitalismo extranjero, etc.
La tercera vía de respuesta a las crisis es la restauración del ideal inicial, pasado, el ideal que llevó a la unidad. Piensen en un matrimonio a punto de romperse ¿qué le puede hacer volver? Precisamente revivir lo que un día descubrieron el uno en el otro, es decir, volver a lo que les unía. Pues en política lo único que une son los ideales. Y así Falange encarnó la tercera vía; ni morirse ni romper con todo: volver a los tiempos del imperio, a los tiempos en los que todos los españoles estaban orgullosos de serlo, a los tiempos donde España era la que llevaba los destinos del mundo. Una revolución, pero española.
Ahora
La cuestión es que ahora, ante la crisis está claro que el PP y el PSOE la niegan, la crisis de valores, de credibilidad, de falta de rumbo. Siguen con la ilusión de que lo que tiene España es un catarro mal curado y esperan que con buenas palabras se solucione. Y lo que tiene es un cáncer. Y ellos son la causa, no la solución.
Podemos pretende hacernos creer que es un partido moderado que viene a reconducir la situación. No. Es un partido rupturista del mismo corte que lo fue el Frente Popular: "¡a las barricadas!, ¡A por ellos! ¡Vamos a limpiar el país de fascistas! etc, etc. son los ideólogos antiglobalización, los marxistas de toda la vida que han descubierto que la lucha de clases es ahora una lucha por la hegemonía de los anormales, de los que siempre han estado en la retaguardia de la historia.
La única diferencia con el 11M y con todo ese movimiento que se formó (tras el cual ganó con mayoría absoluta el Partido Popular) es que ahora han conectado con el pueblo, con el hartazgo de todos, y se ilusionan con ganar el poder.
No van a ganar. No estamos tan locos como para votar mayoritariamente a un partido marxista; el mismo marxismo que ha eliminado a ochenta millones de opositores, que ha arruinado a todos los países que ha esclavizado, etc. El mismo comunismo que pone muros por todo el planeta para que no se les escapen las personas (si fuese tal paraíso y funcionase tan bien los guardias fronterizos mirarían en la otra dirección).
Muchos han querido comparar a Pablo Iglesias con José Antonio Primo de Rivera. Se parecen, sí, físicamente, jóvenes, dicen las cosas directamente, sus discursos son similares.... pero no nos engañemos: José Antonio no quería una ruptura con España, quería justo lo contrario de lo que quiere Pablo Iglesias: una revolución nacional, un resurgimiento.
¿Y la tercera vía ahora? la de la renovada ilusión en busca de lo que verdaderamente queremos, de lo que verdaderamente somos? ¿Dónde están los que defienden que esto tiene sentido, que España es una nación y que merece un puesto en la historia? ¿dónde se han metido aquellos que creen que lo normal y lo recto vuelva a ser reivindicado, y se vuelva a afear la conducta moral mala? ¿Dónde se han metido los que quieren una educación íntegra para todos, los que quieren que la educación superior sea de verdad superior?
Yo creo que están impotentes y paralizados viendo vídeos de Podemos, reconociendo el discurso de la regeneración, con el que están plenamente de acuerdo sin poder decirlo. Eso sí: muy quietos y afirmando que no van a votar a nadie... y ¿entonces? ¿Podemos?