No dejo de oir a los supermodernos que estas generaciones que vienen y van (al paro) son "las mejor formadas", "las mejor preparadas". Son "nativos digitales", con capacidades 2.0 inigualables... pero desaprovechados por esos vejestorios que les explotan.
Y a mi me parece que estamos ante una generación de analfabetos funcionales, que ni trabajan ni quieren trabajar y que les va a costar lo suyo adaptarse a los nuevos tiempos en los que los euros no van a caer del bolsillo ni de papá, ni de mamá, ni de papá Estado.
Se me ocurre que los que tenemos cerca de 40, tendremos un futuro incierto, porque cuando esta panda de descerebrados tomen las riendas, aquí no va a quedar títere con cabeza. Se van a comer nuestras pensiones en dos telediarios. Y si no el tiempo.
Porque es una generación del no compromiso, no implicación, no sumisión.
La izquierda envenenó su mente diciéndoles que lo importante era la libertad, así a secas y que por lo tanto las obligaciones maritales, escolares, laborales, religiosas, estatales, etc. etc. es decir todas las obligaciones "exteriores" (¡¡como si hubiese un exterior a la persona, como si los otros no fuesen uno mismo!!) no son más que cosas de viejos fachas, que lo que importa es no ligarse a nada y vivir libres.... Y así sólo uno ligado a sí mismo, ligando y fornicando consigo mismo en la forma de otro al que se quiere por lo que se parece a uno, es decir, por su desligamiento. Imagine all the people living for yourself.
El único valor consiste en ser fiel a uno mismo, pero esa supuesta fidelidad dura lo que dura un pensamiento; porque tampoco hay que ser fieles a las palabras o los pensamientos: sólo a uno mismo ahora mismo... y así el objetivo es ser fiel a uno mismo en cada capricho, cada decisíon. Imagine all the people living for to day.
Y viajar, y salir de marcha, y salir con, y salirse de, y estar salido... y escapar, escapaditas, y suicidarse delante de la Tele, y nunca estar dentro de nada. Dar una vuelta, y otra, y consumir... y estar donde hay que estar: en Sol, en el sol, en el cine, en el fútbol... sin más compromiso de permanencia que el de las compañías de teléfonos que pagan papá y mamá.
Y si luego sale mal, y si la cosa se pone muy mala, y no hay saldo en el i-phone... la culpa es de Esperanza Aguirre, Aznar, Bush y Franco.