miércoles, 8 de octubre de 2008
Betancourt: “Hay que negociar”
"Es necesario que hablemos, es indispensable reconocer el derecho de los otros a ser escuchados, no porque tengan razón o estén equivocados, no porque sean buenos o malos, sino porque hablando podemos salvar vidas humanas" (...) "Gracias a la palabra que sale de lo más profundo de nuestro ser haremos la paz, con ella preservaremos la libertad de todos, gracias a ella comenzaremos a construir una nueva civilización, la del amor".
Son las palabras ante el Parlamento Europeo de Ingrid Betancourt, la política colombiana que fue secuestrada durante años por un grupo terrorista narcomarxista: las FARC.
No deja de sorprenderme lo diferente que es el uso del castellano en España y América. Palabras que aquí se mastican durante siglos allí parece que no se tocan, que perviven como estaban en el siglo XVI, y otras allá cambian y acá permanecen en el sentido original. Ingrid Betancourt ha confundido el diálogo del siglo XVI (“conferencia escrita o representada entre dos o más personas”) con el diálogo del siglo XXI. El primero por su origen grecolatino significa que “dos hablan”, el segundo no se contenta con los sonidos sino que exige toda una actitud ante el otro para que se produzca el milagro del diálogo verdadero entre personas.
Desde principios del siglo XX pensadores como Heidegger, Husserl, Brentano, Mounier, Buber, etc. repensaron la comunicación formando una filosofía que se apellidó “dialógica” y sentó las bases para la recuperación del diálogo ante la crisis surgida tras la Segunda Guerra Mundial, crisis de diálogo, si me lo permiten, puesto que en el periodo de entreguerras se habló muchísimo con todos, pero no pudo haber diálogo.
Las democracias occidentales no pudieron dialogar ni con el marxismo de entonces ni con el nazismo, pero ¿por qué? ¿era cuestión de buenos y malos, como dice Betancourt? Pienso que no, de hecho yo he dialogado con malos, con equivocados y con ignorantes en muchas ocasiones y nunca dialogaría con Hitler, con Stalin o con Mahoma. Simplemente porque no hay posibilidad de diálogo donde sólo hay una idea absoluta, que -como tal- presupone que todo (ética, estética, política) está en función de esa idea (campos de trabajo, invasiones, anexiones, mentiras, robos, etc. todo estaba permitido por el triunfo de la Revolución, del III Reich o del Islam).
Pasado este periodo se descubre que el diálogo no es un mero hablar entre dos, sino que exige unas ciertas garantías para que sea verdadero. Las palabras de Betancourt son fruto de una doble ignorancia: la ignorancia sobre los conceptos y la de los problemas políticos de España.
Aquí hay una cosa que se llama ETA que es una banda marxista y nacionalista ¿sabe lo que eso significa? No lo creo. Significa que por lo primero piensan que viven en los años treinta (los marxistas de Europa vieron caer el muro, a los de Colombia sólo se lo contaron) y por lo tanto tienen, como los de los años treinta, la fe puesta en una revolución que les transportará al paraíso. Por lo segundo sienten que les hemos quitado algo que es clave para hacer esa revolución que les llevará directamente al paraíso en la Tierra. Con estos presupuestos, que son falsos, por supuesto, puesto que el comunismo es inhumano y no lleva a ningún paraíso, sino al desastre de las sociedades. Por otro lado los vascos son tan españoles como los gallegos o andaluces, nunca hubo una patria vasca, nunca ha habido una ley en España que recorte algún derecho a un ciudadano vasco, los vascos siempre han participado en la política nacional y en las empresas de España, etc.
¿Negociar con gente tan errada? ¿es posible? En un plano teórico sí, siempre y cuando entiendan que hay algún valor superior a su idea de patria y revolución, porque de lo contrario la negociación es una trampa donde te expones a morir si no aceptas sus postulados.
A poco que pensásemos ya sabíamos que era un error, a priori, antes de la experiencia de Zapatero. No se trata de buenos y malos, de razón o error, sino más bien de dialogar para oír una petición, la que sea, y saber que al no poder satisfacerla vas a tener como compensación un tiro en la nuca.
Porque el diálogo, en estas condiciones, es imposible. Por salvar vidas no podemos deslegitimarnos ¿no lo entiende? ¿es tan sencillo como que hablar con ellos no es dialogar, no saben lo que es el diálogo. Dialogar no es hablar. Para hablar basta tener cuerdas vocales y emitir sonidos con significado. Para dialogar hace falta unos requisitos como son el reconocimiento de la igualdad (no puede haber diálogo entre un amo y su esclavo a no ser que el amo reconozca en el esclavo a un ser digno), la sinceridad (no es diálogo lo que entablaban la zorra y el cuervo en la famosa fábula de Samaniego), la necesidad del mismo (si no nos interesa lo que pueda proponer el otro no hay diálogo, por ejemplo, si yo no quiero comprar una casa no puedo entablar diálogo con un vendedor, al menos para comprar una casa).
De todos modos es falso que el Estado Español no dialogue, en sentido lato, con los terroristas de ETA. Siempre lo ha hecho y con relativa frecuencia: cada vez que un juez lee una sentencia, “dialoga” toda la sociedad con ETA.
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